Entre el ‘sí’ rotundo y las reservas. Entre esas dos posturas se debate la calle Gómez Becerra a la posible peatonalización de la calle. La división es evidente entre los comerciantes y vecinos. Los primeros aplauden que el anuncio de la restricción al tráfico será beneficiosa para sus negocios y los segundos en cambio, discrepan entre los que aseveran que el impacto sobre la vía será «nulo» y los que reclaman una alternativa al aparcamiento si el cierre se lleva a cabo.

Coko Gálvez es propietaria de la zapatería que lleva su nombre a la altura de Motril y se muestra partidaria de que la vía prohíba el acceso a vehículos. Sostiene que esa fórmula tendría una repercusión positiva para los negocios y pone como ejemplo a la calle San Pedro de Alcántara. Unos números más arriba, prácticamente en la conexión con la calle Hermandad, se encuentra la tienda infantil Cuccos. Es uno de los negocios más recientes de la calle, apenas lleva un mes en el local del antiguo Real Musical. Su propietario Manuel Vidarte, defiende el mismo argumento que Coko y apunta que la vía necesita una mejora a «los acerados estrechos».

La postura común entre los comercios de la calle contrasta con la de los residentes. Juan Carlos se muestra abierto al diálogo y escucha las «dos posturas». «Entiendo que sea bueno para los negocios, pero los residentes tendrán que buscar aparcamiento en otro sitio». «Como peatón me da igual», concluye. Paulo, otro vecino de la vía, apunta que con la obra «ganaría la calle», pero también deja claro que «habría que buscar una alternativa de aparcamiento» para los que viven en la zona.

Ese es el principal requisito con el que condicionan su visto bueno al cierre total al tráfico. Coko, por su parte, le resta importancia a ese asunto y asegura que el aparcamiento en la calle ya es muy reducido y que «apenas» afectará al día a día de muchos comerciantes porque «aparcar en la calle ya es imposible». En cualquier caso, entiende la posición de los residentes porque en la calle hay pocos «garajes». «En el caso de San Pedro los propietarios tienen acceso a las cocheras, pero aquí hay contados», pone de manifiesto.

Cabe recordar que durante un mes y medio la calle ha permanecido cerrada a los vehículos durante los fines de semana. Esta medida fue aprobada por el ayuntamiento como prueba para el proyecto de semipeatonalización por el que ha apostado la corporación municipal. Afecta a la calle Ciriaco Benavente y a arterias estratégicas del centro a lo largo de casi un kilómetro y el objetivo es favorecer el uso de transportes alternativos como el autobús o la bicicleta.

Tras una decisión consensuada entre los vecinos, hosteleros y el Gobierno local, esta restricción al tráfico se suprimió hace una semana. A modo de balance, el portavoz de la corporación municipal, Rafael Mateos, aseguró que durante el tiempo en el que se ha prolongado la prueba «no se han detectado problemas de circulación a la hora de canalizar el tráfico de esta vía por otras calles» y apuntó que «seguirán trabajando con los establecimientos y vecinos para que la sea «más atractiva para los cacereños y los peatones tengan más protagonismo que los vehículos». Para ello, mantendrán una reunión dentro de dos semanas y estudiarán opciones.