Luis Rodríguez, el adolescente que el 8 de enero sufrió una parada cardíaca en plena lección de Matemáticas en el IES Norba Caesarina y fue auxiliado por sus compañeros, ha vuelto a clase. Desde el pasado viernes, cuando pisó de nuevo las aulas del centro, ha contado su historia a los jóvenes del instituto, la prensa y todo aquel que se lo ha preguntado.

Sin embargo, no entiende muy bien por qué, "yo en realidad no tengo nada que contar, no es como Aitor y Sergio", en referencia a los dos jóvenes que le practicaron la reanimación cardiopulmonar que le devolvió a la vida, hasta que llegaron los servicios sanitarios de emergencia y le trasladaron al hospital San Pedro de Alcántara.

Luis, a diferencia de sus amigos, no recuerda nada, "luego he ido recuperando la memoria, hasta el día de antes. Incluso cuando he venido aquí me han ido contando y me he acordado de cosas del mismo día, del cambio de clase justo antes, pero del momento no me acuerdo", cuenta con timidez.

Los conocimientos en primeros auxilios de Aitor González y Sergio Lasso, y la reacción inmediata de los jóvenes fueron cruciales para que Luis no tenga a día de hoy ninguna secuela, "tengo la sensación de que sigo igual", dice, aunque le han puesto un desfibrilador interno por si le volviera a ocurrir.

Luis apoya la campaña que ha emprendido su madre junto a la de sus amigos, "me parece importante no sólo por mi historia", explica, "si tú vas por la calle y la sociedad tiene esa cultura en saber distintas técnicas de ayuda a los demás, puedes ver a una señora mayor andando por Cánovas y poder ayudarla o cualquier cosa así, no únicamente en el instituto".

El joven ha vuelto a la rutina, "puedo seguir haciendo deportes y vida normal", cuenta, mientras se pone al día de sus estudios de 1º de Bachillerato en la rama de Sociales, "no lo tengo claro aún, pero me gustaría estudiar Filosofía o algo por el estilo", ya que dice sentirse atraído por los "modelos de pensamiento".

Aunque lo ha hecho en repetidas ocasiones, Luis quiere seguir mostrando su agradecimiento a Aitor y a Luis, así como a todos los compañeros de clase y profesores, que tuvieron una reacción tan rápida y acertada cuando se le paró el corazón.