Alrededor del 80% de los habitantes de Sierra de Fuentes no tiene agua en sus casas. El suministro se interrumpió el sábado a mediodía aproximadamente y los vecinos del municipio acumulaban ayer, al cierre de esta edición, casi tres días sin agua. «No recuerdo una avería tan larga», comentó ayer a este diario Pepi, una vecina que lleva 44 años viviendo en Sierra de Fuentes. «La parte más moderna del pueblo sí que tiene agua pero el resto no», añadió esta residente.

Pepi se refiere a las zonas de Mirasierra y Canto Incao, donde el suministro no se ha visto interrumpido al tratarse de viviendas que se engancharon a la red de abastecimiento mucho después que el resto de inmuebles, conectándose a un anillo exterior que no se ha visto afectado por la avería surgida. El resto de los habitantes, sin embargo, se ven obligados a comprar garrafas de agua o bien a abastecerse en los tres puntos habilitados por el ayuntamiento para ello. Desde ahí, algunos funcionarios reparten botellas a los vecinos. «Hay un punto aquí en Mirasierra, otro en Canto Incao y además hay un camión cisterna que recorre el pueblo y al que la gente puede acudir para recibir agua», desveló Nieves, funcionaria que se encargaba ayer de dicha tarea y lleva 21 años residiendo en Mirasierra.

Las mayores incomodidades de estar sin agua tienen que ver con tareas que se repiten casi a diario. Los vecinos se las ven y se las desean para lavar su ropa, los platos, fregar la casa, ducharse o incluso hacer sus necesidades. Eso en casas particulares, porque en los negocios el problema se agrava. Ayer, muchos de los bares o tiendas del municipio se encontraban cerrados y los que sí estaban abiertos relataban los inconvenientes de tener que funcionar sin agua. «Tengo una carnicería y me supone mucho más trabajo a la hora de lavar la maquinaria. Además, siendo un local público no puedo abastecerme del agua de la fuente, por que está sin analizar. Tengo que hacerlo con agua envasada», explicó Paco, dueño de la multitienda Anca Paco, donde la venta de garrafas de agua se ha disparado. «Esta mañana --por ayer-- he vendido un palé entero de garrafas de cinco litros. En condiciones normales me suele aguantar entre 15 o 20 días», comentó Paco, que ayer por la tarde venía de vuelta de Cáceres de recoger otro palé.

Este diario trató, sin éxito, de contactar con la alcaldesa, María Luisa Holgado, a quien el PSOE le pidió responsabilidades a través de una nota de prensa por una situación que, según Paco, afecta incluso al ‘turismo’. «Algunos vecinos que viven fuera durante el año y solo vienen en verano ya me han comentado que están pensando en irse si esto sigue así», añadió el dueño de Anca Paco, que, como el resto de habitantes, espera que el suministro sea restablecido cuanto antes.