Comenzaba el año 2003 y con él la carrera de Cáceres hacia la capitalidad europea de la cultura. Se iniciaba tímida, quizás por aquello de que aún faltaban muchos años para llegar a la meta marcada, la de conseguir llegar a ser Ciudad Europea de la Cultura en el año 2016, pero con el paso del tiempo la iniciativa hacia la que comenzó a dar los primeros pasos el anterior equipo de Gobierno, con José María Saponi al frente, y de la que después tomaría el testigo con la misma ilusión y fuerza la de Carmen Heras, se fue haciendo cada vez más fuerte.

Cáceres 2016 se convirtió en un eslogan coreado por todos, cacereños y extremeños, autoridades, políticos y ciudadanos, niños y mayores...; en un proyecto que todos querían hacer suyo y para el que todos, cada uno a su manera y cada cual con aquello que podía aportar, han trabajado sin descanso y con ilusión durante estos largos siete años.

Sería difícil resumir en apenas unas líneas todo lo que se ha hecho desde entonces, pero sí pueden recordarse los inicios de esta, hoy ya truncada, carrera de Cáceres hacia el 2016, y algunos de los hechos en torno a ella. Recordar, por ejemplo, como el 19 de mayo del 2003, tras el respaldo ya mostrado de la diputación a la propuesta municipal, diversos colectivos culturales y entidades artísticas mostraban su disposición a avalar el proyecto y cobraba fuerza la intención de constituir un consorcio --en él estarían representadas instituciones y organizaciones culturales-- que se encargara de coordinar la programación cultural y las inversiones necesarias.

Vendrían después meses de incertidumbre tras saberse que también Córdoba --esta sí ha resultado finalista-- optaba a la capitalidad, acompañado de un ´jarro de agua fría´ cuando el 21 de octubre saltaba la noticia de que durante un mitin celebrado en la ciudad cordobesa Zapatero daba su respaldo explícito a esta.

Pero Cáceres no solo no se echó atrás, sino que le puso aún más empeño. De hecho, solo dos días después de la declaración de intenciones de Zp, la ciudad daba el simbólico pistoletazo de salida se su carrera hacia la capitalidad europea de la cultura en el año 2016 con el inicio de los trabajos por parte de una comisión especial integrada entonces por PP, PSOE, IU, la Junta y los concejales de Cultura y Turismo, al tiempo que la universidad se disponía a elaborar un informe acerca de los méritos históricos y culturales de la ciudad.

Una decisión inesperada

Antes de terminar aquel primer año de la carrera cacereña hacia la capitalidad del 2016, la candidatura de Cáceres ya había recibido más de 130 apoyos de instituciones y colectivos. Y siguieron los apoyos de instituciones, particulares, incluso ciudades...; también los trabajos, las actividades, los eventos culturales...; y se reforzaban y concretaban los criterios de la comisión gestora para la capitalidad, que ya a finales del 2005 acordaba que siete instituciones --el ayuntamiento, la Junta, las dos diputaciones, la Asamblea, la universidad y la Academia de Yuste-- formarían parte del consorcio que dirigiría el proyecto ´Cáceres 2016´.

Y mientras los apoyos a Cáceres crecían, también lo hacía la lista de ciudades candidatas, lo que no llegó a restar ilusiones, pues las buenas perspectivas se acrecentaban con declaraciones como la que el ministro de Cultura hacia a finales del 2008, asegurando que veían a Cáceres "entre las primeras" a la capitalidad, o la que su sustituta haría en abril de este mismo año, al considerar que Cáceres "tiene un buen punto de partida" para la capitalidad porque trabaja "con seriedad y constancia".

Llegaba el 12 de junio, último día para presentar formalmente la documentación ante el Ministerio de Cultura, y Cáceres conocía que habría de enfrentarse a otras 15 ciudades por la capitalidad cultural.

Pese a ello, todos, cacereños y extremeños, seguían mostrándose confiados. El pasado día 30 de septiembre, día del sí o no definitivo para seguir en la carrera hacia la capitalidad, el optimismo se palpaba y contagiaba. "Vamos a pasar, eso es seguro", era la opinión generalizada, hasta que apenas unos minutos después de las 17.30 horas la incertidumbre, seguida de la decepción, se apoderaba de todos. Cáceres se quedaba sin la Capitalidad Cultural de Europa en el 2016. La ciudad no había conseguido pasar el primer corte y quedaba fuera de la lista de las seis ciudades finalistas.

En apenas unos minutos quedaban rotos siete años de sueños. Atrás quedaban esfuerzos, luchas y proyectos en los que se volcaron muchos, toda una región. Pero tras la desilusión inicial, como ayer mismo diría la alcaldesa, "el proyecto de Cáceres 2016 no termina, simplemente habrá de dirigirse en otra dirección, hacia nuevas iniciativas e ilusiones".