La huelga de hambre de los bomberos de los parques de Cáceres, Plasencia, Coria y Navalmoral sumó ayer su octava jornada consecutiva mientras la salida al conflicto continuaba anoche en el aire. Al cierre de esta edición, sindicatos, representantes del colectivo de bomberos y del equipo de gobierno se mantenían reunidos en la diputación para tratar de llegar a un acuerdo que deberá ser refrendado, en caso de producirse, por los huelguistas.
Mientras tanto, los encierros continuaron ayer en las instalaciones del Sepei. Un total de siete bomberos de los cuatro parques tuvieron que recibir asistencia médica por su estado de salud, según informó a este diario uno de los portavoces del colectivo, Jorge Borrallo. Todos los agentes regresaron a continuación a los parques, tras ser atendidos en centros sanitarios donde fueron tratados con suero.
El momento de mayor tensión se produjo en el parque de Cáceres cuando Francisco Peguero, bombero representante del sindicato CSI-CSIF, sufrió un desvanecimiento y tuvo que ser trasladado al hospital San Pedro, aunque se recuperó y pudo regresar a las instalaciones.
ANIMO INTACTO A pesar del deterioro físico de los bomberos, el ánimo del colectivo sigue "fuerte", aseguró Borrallo. La situación actual, explicaron, provoca que necesiten ya más tiempo de descanso. "El cuerpo te pide sobre todo dormir, aunque tienes más frío y hay que estar más abrigado", indicó ayer Joaquín Fernández, otro de los portavoces del grupo. Las visitas de familiares y amigos también se han restringido para no causar más desgaste, subrayaron.
Fernández volvió a insistir en que la unión es mayor porque, dijo, "no se puede faltar tanto a un colectivo. Por eso la gente ya no se va a ir".
Mientras tanto, las muestras de apoyo volverán hoy a sucederse. Una representación de bomberos de los 15 parques de Badajoz acudirá hoy al parque de Cáceres para mostrar su solidaridad en un acto. Los huelguistas han iniciado también una campaña mediante el reparto de cartas por los barrios en las que defienden su postura.
