Erase un bocadillo tan grande que dio de comer a muchos ciudadanos y permitió iniciar un importante proyecto para ayudar a los niños con trastorno del espectro autista (TEA). Una historia de solidaridad real que tuvo lugar ayer en Cáceres, donde Divertea (Asociación para Personas con TEA y sus familias) preparó 600 metros de bocadillo de sabroso jamón con 3.000 raciones solidarias, a 3 euros. La lluvia, otra vez la lluvia, obligó a cambiar los preparativos, pero el esfuerzo de los cien voluntarios, entre ellos numerosos soldados del Cefot, estudiantes de la UEX y mujeres altruistas, permitió trasladar las mesas desde el centro de la plaza Mayor a los soportales.

La colaboración de entidades y empresas como el Club Rotary de Cáceres, Onda Cero, Planeta Mágico y diversas firmas que donaron 34 jamones ibéricos hizo posible esta cita, que también había previsto numerosas actividades para los más pequeños: atracciones hinchables, pintacaras, globoflexia, cuentacuentos… El objetivo es financiar un proyecto dirigido a 37 familias. Sus niños reciben en el centro de Divertea una atención adecuada, pero es preciso que los padres también adquieran esas habilidades y estrategias con el fin de que el día a día sea más llevadero. Por ello necesitan estos fondos.

«Debemos acercar a los hogares las terapias adecuadas, ayudar a los padres, porque su situación es dura. Se trata de trastornos muy variados: en la alimentación, en el sueño, en la autonomía para el vestido o el aseo... A las madres se nos hace muy cuesta arriba, por eso queremos llevar el apoyo a las casas», explica Rosa Simón, presidenta de Divertea. «Las familias son las grandes olvidadas, necesitamos un cambio», subraya.