Propietario de Extremeña de Esmaltes y Barnices SL

No nací en Extremadura, pero eso poco importa en una tierra en la que nadie permite que te sientas extraño. Tampoco nací en Madrid, pero fue allí donde estudié, comencé mi carrera profesional y formé una familia, hasta que hace casi 12 años una de esas casualidades que tiene la vida me trajo a Cáceres, donde actualmente resido, para fundar Extremeña de Esmaltes y Barnices SL.

Partiendo de la nada, arriesgándolo todo, y siempre respaldado por el magnífico personal de mi empresa, levantamos con enorme esfuerzo lo que el domingo se consumía en llamas. Atrás quedaba la modesta nave inicial, en la que sufrimos frío y calor, las nuevas oficinas, el almacén, los modernos tanques, las máquinas mezcladores... Para muchos, dantesca imagen de una noticia más; para nosotros, el fin de un proyecto modélico por su respeto al medio ambiente, seriedad y armonía entre sus empleados.

El inicio del siniestro me sorprendió fuera de Cáceres, y a nadie deseo semejante camino de vuelta a casa. El espectáculo que me esperaba era indescriptible: la Guardia Civil acordonaba la zona, los bomberos luchaban a brazo partido, los empleados lloraban desesperados, y la fábrica, toda mi vida, era una ennegrecida ruina.

Pero allí, en medio del dolor, del insoportable olor a quemado, el calor asfixiante y los lamentos, me quedaba la esperanza y la solidaridad: el consuelo de los empleados, unidos como una piña; el ánimo de los clientes y proveedores, quienes lejos de echarse atrás me anunciaban su intención de seguir a muerte con ´la extremeña´; la amabilidad de los vecinos, que se acercaron con comida caliente; y, cómo no, el incondicional apoyo del que se ha convertido en un verdadero amigo, Antonio Jiménez, alcalde de Malpartida.

Dicen que las grandes personas se crecen en tiempos difíciles, y debe ser cierto, pues yo estoy descubriendo grandes pilares a los que aferrarme. Antonio Jiménez no sólo hizo posible el que a la mañana siguiente ya funcionaran las oficinas de la Extremeña para pedir los primeros pedidos tras la catástrofe, sino que también gracias a sus esfuerzos ya disponemos de una nave para fabricar cuanto antes, que es lo que queremos y debemos hacer. Por todo ello, y por mucho más, gracias, amigo.

Cómo olvidar, además, a María Antonia Trujillo, consejera de Presidencia, quien puso toda la ayuda de la Junta de Extremadura a nuestra disposición, tal y como siempre ha demostrado desde los inicios de la empresA; o al Servicio 112, Guardia Civil, bomberos, Dya, Cruz Roja y a toda aquellos que arriesgaron sus vidas para que 34 familias de forma directa y más de un centenar, indirectamente, conserváramos nuestro honrado modo de vida. A todos ellos, nuestro agradecimiento.

Lucharemos hasta el final para que Extremeñas de Esmaltes y Barnices vuelva a ser la de antes, e incluso para que prospere y dé trabajo a muchas más gente como la que ahora me rodea. La vida es mucho más agradable cuando te sientes tan arropado.