Existen situaciones en las que las decisiones que se toman pueden afectar a una solución presente o futura. En los casos en que las decisiones afectan a una colectividad siempre hay opiniones encontradas por una distinta forma de ver las cosas, por una defensa de determinados intereses o por unos condicionantes a la hora de decidir, que pueden estar orientados en base a posiciones políticas concretas y que se escapan a lo que parece que pueda ser el interés del grupo que resulta afectado por la decisión.

Quizá todo el argumento expuesto hasta ahora resulte un poco raro y fuera de contexto sin saber de que se habla. Pero puede ser aplicado a cualquier momento de la vida. Y quiero exponer mi opinión sobre un tema en el que ha habido muy diversos puntos de vista. Yo ya expuse el mío públicamente junto a un grupo de personas que pensamos que era importante definir la opinión sobre algo que afectaba a la vida presente y futura de la ciudad. Me refiero a la nueva ubicación de la estación de ferrocarril en Cáceres.

Viendo la diversidad de opiniones que se han vertido acerca de esta ubicación tras la decisión adoptada de llevarla cerca de la actual estación, han de hacerse algunas precisiones a los comentarios negativos sobre el establecimiento en un lugar céntrico de una estación ferroviaria.

Hay que partir en primer lugar del uso que dicha estación tendrá para la ciudad, y esto, inicialmente, hay que hacerlo pensando en el tráfico de personas. Ello no obstaculiza a que se establezca una terminal de carga para mercancías que deberá situarse en el lugar adecuado, pero que no ha de impedir la ejecución de la terminal de viajeros con fácil acceso desde la ciudad e integrada en la trama urbana de la misma, una terminal de viajeros que deberá estar intercomunicada con la de autobuses para facilidad de tránsito. Y no cabe duda que la estación de autobuses debe estar en un sitio céntrico, ya que es utilizada para trayectos cortos desde localidades cercanas, siendo usada por muchas personas a diario.

En segundo lugar, la estación ha de tener el factor de servir para el desarrollo y nunca frenar éste. Hay opiniones que mantienen que la situación céntrica ahoga el crecimiento. No puede olvidarse que el trazado urbano del ferrocarril debe ir soterrado y que no impide crecimiento alguno. Debemos pensar si las estaciones de Córdoba o Sevilla al situarse céntricas han impedido algún desarrollo o por el contrario han fomentado el progreso por tal situación.

XCOMUNICACIONx En tercer lugar pensemos en las incomodidades tan grandes que algunas voces anuncian para determinadas zonas próximas a la estación. Con independencia del soterramiento señalado, no cabe duda que las zonas próximas no harán sino mejorar su situación debido a las nuevas vías de comunicación que servirán de enlace a la estación con el resto de la ciudad. Los comentarios negativos sobre la proximidad del tren recuerdan al lejano Oeste en América cuando rechazaban el paso del ferrocarril por los graves perjuicios que ello causaba.

Finalmente, y referido igualmente al soterramiento necesario, habrá de verse en qué consiste, pues no puede presentarse como que se va a construir un gran túnel, según parece desprenderse de las críticas negativas a una estación céntrica. Dado el trazado que seguirá la vía por el emplazamiento elegido, la ejecución del soterramiento no precisa de ese gran túnel, sino de la apertura de una zanja que posteriormente es tapada, con lo que la circulación sería por un, llamémosle así, falso túnel. Esto además no afectaría al Calerizo, dado el trazado lógico y dada la posibilidad de ejecución en la forma dicha anteriormente. Todo lo dicho en este párrafo se hace con todos los respetos para las opiniones técnicas y para los que conocen el tema, si bien este comentario se hace sopesando opiniones fundadas.

No queda, tras hacer estas reflexiones, sino manifestar un deseo que estoy seguro que será compartido por cualquiera, y es que, se esté de acuerdo o no con la localización que se decida para la estación, lo que es necesario es la ejecución pronta de las obras para la llegada de un tren rápido, que es algo que la ciudad y las personas que habitamos en ella estamos esperando y es necesario para su desarrollo.

Todo ello, sin dudarlo, desde el máximo respeto hacia quienes se han pronunciado en cualquier sentido, pues mi opinión puede estar equivocada, como yo pienso que no sean acertadas las que discrepan de ella, pero, en cualquier caso, diferentes ideas contribuyen a alcanzar soluciones mejores. Por ello debe agradecerse a cuantas personas han tenido la valentía de expresarse; pero en mi caso, me permito muy especialmente trasladar ese agradecimiento a los que compartían la idea de mantener la estación céntrica y han estado trabajando por ello integrados en una plataforma ciudadana a tal efecto.