Imagine que deja su coche en plena calle, con los árboles como mejor refugio para el calor, y que al regresar una sustancia ha manchado el vehículo de tal forma que tiene que pintarlo de nuevo. Algo similar le ocurrió este verano a unos vecinos de la avenida de la Hispanidad que dejaron estacionado su vehículo en la avenida de la Bondad, en unos aparcamientos situados junto al pabellón polideportivo Moctezuma.

Tras acudir al taller días después, Rosa Gómez y su marido aseguran que comprobaron cómo el líquido que desprendían los árboles se había secado y era imposible de quitar. El concesionario valoró en casi 1.100 euros el gasto por pintar de nuevo el coche, una cantidad que han decidido reclamar al ayuntamiento. También plantean que se sustituyan los árboles que hay en esa zona para que no pase de nuevo. "En el taller nos dijeron que no había forma de quitarlo", señalan.

Pero el servicio municipal de Parques y Jardines, que se ha encargado de estudiar la reclamación, no piensa lo mismo. Miguel Durán, jefe del departamento, acudió a la avenida de la Bondad para comprobar que los únicas especies plantadas en el lugar son catalpas y melias. "No sueltan nada", afirma, a diferencia de otra clase de árboles como los pinos, que desprenden una resina que sí puede dañar a los vehículos que haya debajo.

Sorprendido por la denuncia de estos vecinos, este responsable puntualiza que es la primera vez que recibe una queja por este motivo y subraya que las catalpas, árboles ornamentales de sombra que pueden alcanzar hasta los 12 metros de altura, son comunes en otras zonas de la capital cacereña.

Y es que el mayor peligro para los coches aparcados son los excrementos de los pájaros. "Sí son corrosivos y pueden causar daños en la pintura", asegura Durán, que ha comprobado que los taxistas que trabajan en el mismo barrio donde se han denunciado los hechos no han tenido nunca este problema. Y es que además de dar una sombra agradable, los árboles también pueden obligar a pesar por el taller cuando menos te lo esperes.