La intervención de la madre del menor de 15 años al que el hombre enviaba presuntamente fotos de contenido sexual explícito fue decisiva para que la relación entre ambos a través de internet se interrumpiese. "Mi dijo que era un amigo de su entrenador y no me lo creí", dijo ayer ante el tribunal. Tras utilizar una excusa para que su hijo se ausentase del domicilio familiar, accedió a su ordenador donde halló los mensajes que el acusado le enviaba. Tras grabar lo que pudo, acudió a la policía, que detuvo al hombre tras hacer un seguimiento previo de sus movimientos diarios.

El agente que testificó ayer durante la vista oral declaró que fue necesario acompañar al menor durante varias sesiones a un ciber para lograr que contactase con el acusado. El modelo de la moto que conducía, su trabajo como cocinero y los horarios que tenía fueron determinantes para poder detenerle, ante las dificultades que planteaba poder identificarle en internet donde utilizaba el nick gay33cc. Pero el procesado cometió el error de enviar una foto de su cara. Ahí empezó la resolución del caso, con la detención y el registro del domicilio donde vive con sus padres.