Un pequeño constructor de Arroyo de la Luz, Marcelo Galán e Hijos, ha ganado la batalla judicial a la grande pero arruinada constructora Vicarma y a la promotora Uniprom por cien viviendas edificadas en la urbanización Maltravieso, cuya construcción se vio temporalmente interrumpida --hoy están concluidas-- por la quiebra en agosto del año pasado de Vicarma, que se declaró en suspensión de pagos.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Badajoz ha fallado a favor del subcontratista arroyano, el único que recurrió a los tribunales para reclamar los más de 371.000 euros (más intereses) que le adeudaba Vicarma cuando esta acudió a la suspensión de pagos dejando las casas a medias --con las de Cáceres, unas 400 en toda la región-- y a decenas de proveedores y subcontratistas como él con unas fuertes deudas que les abocaron a ellos mismos al borde de la ruina.

COBRAR LA MANO DE OBRA El tribunal ha condenado a Vicarma a pagar la deuda pero, lo más importante del fallo, es que hace corresponsable de la misma a la promotora Unipromo como dueña de la obra que generó la deuda, condenándola a pagarla de forma solidaria.

Esto garantizaría, en principio, el cobro del dinero por parte del subcontratista aunque Vicarma carezca de recursos económicos. "La sentencia reconoce la posibilidad de que el que pone de verdad la mano de obra en una construcción pueda cobrar su trabajo aunque la constructora se arruine, ya que la promotora, en cualquier caso, va a vender los pisos", argumenta la representante legal de Marcelo Galán e Hijos, Raquel de Prado.

Aunque las viviendas están en Cáceres --son dos promociones Unipromo I de 70 pisos y Unipromo II, de 30 adosados en la misma zona--, el caso se ha juzgado en Badajoz porque tanto Unipromo como Vicarma tienen sus sede en la capital pacense. Este diario trató ayer sin éxito de contactar con el letrado que representaba a Unipromo y con la promotora en sí, por lo que se desconoce si la sentencia será recurrida ante la Audiencia Provincial, ya que cabe dicha posibilidad. Vicarma fue declarada en rebeldía en el proceso, ya que no se personó en la causa.

ENRIQUECIMIENTO INJUSTO Situaciones como la vivida por Marcelo Galán e Hijos es el pan de cada día en el sector de la construcción y los juzgados, más ahora con la situación que se vive por la crisis financiera. El hundimiento de la constructora arrastra a proveedores y subcontratistas sin remisión aunque, en la mayoría de los casos, los pisos terminen vendiéndose y las promotoras recuperen su inversión, lo que supone un "enriquecimiento injusto", según los fundamentos legales en los que se ha basado esta reclamación.

La sentencia trata por lo tanto de evitar esto. "Las pequeñas empresas como Marcelo Galán e Hijos funcionan financieramente avalando con sus bienes y patrimonio los créditos, con sus casas, coches y el trabajo de toda una vida y lo pueden perder todo. Con esta sentencia van a poder recuperarlo", explica De Prado. Por eso cree que el fallo judicial es "positivo", porque "da la razón al que ha puesto la mano de obra" y "da cobertura" al autónomo, que es "el que más pone, el que más arriesga y el que está más desprotegido" en las obras.