Los vecinos que habitan los bajos de un bloque de viviendas de protección pública situado en la avenida de Dulcinea han elevado sus quejas por la suciedad que se acumula en el patio del inmueble, inaccesible desde la calle tras la instalación de una verja. "Aquí hay de todo, por un lado la porquería que entra de fuera, y por otro lo que va cayendo desde los tendederos de los pisos. Junto a nuestras ventanas tenemos ropa interior, papeles y hasta tampones", denuncia Ramón Pérez, uno de los afectados, que pide soluciones por parte de la Junta de Extremadura.

Se trata del bloque 2 de la avenida Dulcinea, con once plantas más bajo que suman un total de 48 viviendas. Los problemas comenzaron hace dos meses cuando la Administración regional cerró el patio con una verja de hierro, al parecer, y según estos inquilinos, a petición de un representante de la comunidad vecinal. "No fue mala idea porque se metían los jóvenes de la calle con bicis y motocicletas, y hasta orinaban", relatan. Sin embargo, desde ese momento el patio no se ha limpiado y la suciedad comienza a hacerse más que patente bajo las ventanas de los pisos bajos. "Hemos llamado a la Junta, pero desde Mérida nos remiten a las oficinas de Cáceres y nadie nos dice quién tiene la llave o cómo se va a limpiar. Nunca nos dan soluciones", explican.

Los vecinos con viviendas que dan al patio aseguran que "comienza a ser insalubre abrir las ventanas, es deprimente". Además de los papeles, bolsas, breaks, ropa, toallas y hasta algún chubasquero esparcido por el patio, se han topado con un problema paralelo: no tienen ningún sitio donde tender su ropa. "Al vivir en un bajo, ése era el único lugar que podíamos utilizar, no hay otras posibilidades, salvo secar la ropa dentro de casa", lamentan. La mayoría de los pisos siguen perteneciendo a la Junta, que también ha realizado reformas en los garajes para adaptarlos a la normativa.