"Un cliente me regaló hace años una bruja que baila, y la puse en el local. Cada vez que la retiro porque se estropea o por cualquier razón, la gente me pregunta por ella y tengo que volver a colocarla en su sitio". Andrea Pascual, titular de la Administración número 3, en Cánovas, relata esta y otras anécdotas que demuestran que muchos cacereños se guían por supersticiones, pequeños fetiches y rituales a la hora de adquirir lotería. "Tengo varios amuletos en la administración, el último un simpático minion que baila vestido de Papá Noel", revela la vendedora.

El propietario de la Administración 13 (curioso número para una oficina de loterías), situada en Carrefour, explica algunas de las manías más frecuentes: "Mucha gente no quiere décimos que lleven cifras consecutivas, por ejemplo el 2 junto al 3, o el 5 junto al 6", explica. Tampoco gustan los que tienen varios 0, ni los números especialmente bajos", indica José Manuel Villanueva, titular de esta oficina de ventas. Y aunque los cacereños no son muy dados a buscar décimos que se correspondan con fechas destacadas, aquí sí se reciben peticiones al respecto. "Ayer mismo me llamaron por teléfono desde Vizcaya para interesarse por un número concreto que buscaban", revela.

Pero además, existen ciertas cifras favoritas. "En esta administración piden mucho las terminaciones en 5 y 7, y gustan bastante el 13, 15 y 69", explica Andrea Pascual desde Cánovas. "Aquí vuelan el 5, el 7, el 9 y el 13. Del 5 y el 7 ya está casi todo vendido, y el 13 por completo", señala Pilar Pérez desde la Administración número 2, en San Antón. "Tenemos décimos raros como por ejemplo el 00222 que no convencen a la mayoría, pero en cambio hay algunas personas que los buscan. Los números altos tampoco suelen gustar", precisa Pilar.

Sin embargo, los ciudadanos ya no van con excesiva antelación a las administraciones para conseguir números bonitos . La crisis ha cambiado ciertas costumbres a la fuerza y ahora son más quienes acuden en el último mes, incluso a última hora, a comprar algo de lotería para no estar fuera de juego cuando los niños de San Ildefonso comiencen a repartir suerte. Tampoco se regalan tantos décimos, ahora más bien se comparten o se compran a medias.

En cualquier caso, el público que adquiere la lotería de Navidad es muy diverso porque muchos ciudadanos solo se acerca a las administraciones una vez al año para comprar los décimos del 22 de diciembre. Pero sí existe una pauta que se repite: las personas mayores se muestran especialmente solidarias en sus deseos y en sus repartos, ya que suelen comprar lotería para la familia y, si les toca, su afán también es ayudar a sus allegados. "Los mayores no juegan para ellos, juegan para sus hijos, tanto en Navidad como el resto del año", sostiene Andrea Pascual. "Sin ir más lejos, todos los que han comprado esta mañana venían pensando en sus hijos, en sus problemas... Quieren arreglarles la vida, es algo mágico", concluye Pilar Pérez.