Su profesora de Diseño Gráfico en la escuela de Bellas Artes Eulogio Blasco en Cáceres, Lourdes Méndez-Germain, dice de él que "es un talento y que las empresas se lo van a rifar". Chema Gallego, con su look desaliñado e informal, pasaría desapercibido en cualquier garito, mezclado entre los jóvenes que escuchan a un disc jockey una noche cualquiera.

Pero no. Para el Instituto de la Juventud de España sus creaciones están entre las mejores del país y han sido seleccionadas entre el centenar de participantes del Certamen de Diseño 2006 que convoca este organismo dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. La convocatoria, bajo el epígrafe Premios Injuve para la Creación Joven , tiene como principal objetivo promocionar a jóvenes creadores menores de 30 años y difundir sus obras.

La profesora está sorprendida del crecimiento de su alumno. Llegó a la escuela con 19 años y ahora, tras cinco de formación, le recuerda como un folio en blanco. "Ni siquiera sabía cuál era el concepto de diseño", señala. Pero el desarrollo creativo de Chema Gallego ha sido espectacular. "Sus cualidades han sido el talento, el trabajo y la capacidad de asimilación y de aprendizaje. Además de la síntesis, fundamental en diseño para comunicar algo de manera clara y nítida", subraya Lourdes.

Ella fue quien le animó a presentarse al certamen nacional de diseño con una selección de obras de diseño editorial y de imagen de empresa y publicidad, como carteles o folletos. El joven reconoce que se siente cómodo en cualquier campo creativo y asegura que el diseño "es una forma de vida", que le convierte "en un observador" de lo que le rodea. "Se trata de utilizar luego unas herramientas para que la gente entienda lo que quieres comunicar", añade.

Una esponja

Su proceso creativo empieza por la información --"tienes que ser un preguntón y empaparte mucho de lo que estás haciendo"-- y acaba en el ordenador. Su descubridora destaca que los diseños de Gallego tienen como elemento diferenciador que "son muy limpios, se leen muy bien y siempre buscan un nuevo lenguaje, huyendo de patrones machacados".

Pero el joven diseñador ya prepara su proyecto más ambicioso. Un trabajo de clase que consiste en crear una imagen corporativa de la ciudad monumental cacereña, que incluiría merchandising como bolsas, llaveros o postales y una nueva señalética para colocar en las calles. "Pretendo que la imagen de Cáceres se pueda codear con la de otras ciudades. No hay originalidad ni un protocolo para las señales en la zona antigua", señala.

En cuanto al diseño en su ciudad, tiene claro que a Cáceres le falta "valentía para dar un paso con cosas nuevas" y que "la imagen" es primordial para la empresa. Le queda un año para acabar su proyecto. El mercado le espera con los brazos abiertos.