¿Qué pasaría si preguntáramos a alguien por los tópicos que proyectan los cacereños al resto de España? Quizá la característica más destacable de los cacereños su carácter más propio de las Castillas, al contrario de la gracia que proyectan los vecinos pacenses, más afines a la tierra andaluza.

"Serviciales", "nobles" y "abiertos con el que viene a la ciudad". Así definen los cacereños que hacen cola junto a la sala de cine para ver la secuela de los Ocho apellidos . La hilera, aunque discreta para un miércoles, no para de gotear. Y todos coinciden en su elección. La película de Emilio Martínez Lázaro. Decenas de espectadores que hacen fila para ver a Dani Rovira reconquistar a Clara Lago. Cáceres cumple así con creces con los pronósticos más aventurados sobre la secuela catalana.

Y es que en tan solo dos días Ocho apellidos catalanes (Universal, 2015) ha conseguido recaudar 8 millones de euros y ha sentado en las butacas a más de un 1,2 millones de espectadores, según los datos de la consultora Rentrak. Ni éxitos mundiales como 50 sombras de Grey , que recaudó 7,3 millones durante el primer fin de semana, o Jurassic World , que amasó 6,5 millones de euros han conseguido superar el tirón que ya tuvo la hermana vasca con una recaudación de 56 millones. Como curiosidad, según la distribuidora Universal, ha conseguido colarse en el séptimo puesto de las películas más vistas durante el fin de semana a nivel mundial. En España, el largometraje ha sido estrenado en 755 pantallas y 402 cines, entre los que se encuentran los Multicines Cáceres, que ha multiplicado las sesiones habituales que ofrecen para una película teniendo en cuenta los augurios de "éxito".

Curiosamente, la propia Carmen Machi se hace pasar por una cacereña de pura cepa en el primer filme, el catalán después de haber coqueteado con los vascos hace un año. Arreglada, muestra orgullo por la tierra, pero sin un tópico más allá de los diminutivos con ino . Aunque espectadores como Montaña -no hay nombre más cacereño- Moreno discrepa con el retrato que hace la actriz de los cacereños. "No somos así, está muy mal interpretado, tiene muchos dejes andaluces", asevera.

Más definidos están los prejuicios hacia los catalanes. Desde tacaños a modernos, desde sosos a universales. En ese margen incide el último retoño de Emilio Martínez Lázaro. Y más allá de generar polémica y de la dispar opinión de la crítica cinematográfica, parece ser que al público -dueño y señor- le ha enganchado y este pasado fin de semana los espectadores han copado las salas de cine para celebrar el regreso de la comedia calificada ya como la "más exitosa de la historia de la gran pantalla en España".

LA RISA, LA CLAVE Arropada por humor fácil y en pleno debate soberanista, la película se centra en hacer reír a los espectadores. La clave del éxito es clara. El humor se come la taquilla con un tema tan serio como la política que relaja tensiones en tiempos convulsos.

Y es justo la comedia lo que atrae al público a las salas de cine esta semana. "Me reí mucho", afirma Laura Moreno, que se considera admiradora de Dani Rovira y Berto Romero. La joven asegura que regresa al cine por curiosidad. El mismo argumento esgrime en la cola del cine Manoli Rodríguez que asegura que lo que buscan es pasar un rato de "gracia".