XDxesde hace algún tiempo y desde la mayoría de los medios de comunicación se están lanzando mensajes sobre el número actual de pensionistas, sobre el número previsto para dentro de unos años, sobre el número de incapacitados actuales y los que generará este colectivo dentro de unos años.

Esto es todo lo que aparece publicado o comentado. Sin embargo, no leemos ni escuchamos qué alternativas se están estudiando o programando desde las instituciones correspondientes para dar solución a todos los problemas que se tienen que plantear consecuentemente con estas expectativas. Como tampoco vemos ningún movimiento desde las organizaciones del colectivo interesado, buscando o invitando a buscar alternativas que posibiliten a los mayores el terminar sus vidas con unos días más confortables, más seguros, más cómodos y más agradables para sus respectivas familias. ¿Qué puede estar sucediendo? Nosotros pensamos que bastante tienen que hacer las respectivas administraciones preocupándose responsablemente por atender las tímidas demandas económicas y asistenciales de los más necesitados, cuestión que difícilmente quedará resuelta por el desfase de las pensiones y la constante elevación del nivel de vida, así como por la aparición progresiva de nuevos incapacitados derivados de la prolongación de la vida.

Y para los que no estamos incluidos en estos supuestos parámetros; qué se está haciendo si es que existe alguna responsabilidad política y administrativa para que se haga. Porque, que sepamos, no se hace nada que no sea cumplir rigurosamente con el compromiso económico de la merecida pensión en función de nuestra categoría laboral y años de trabajo.

Claro que los interesados, como decimos anteriormente, tampoco hacemos nada, excepto aislados valientes que, conscientes de lo que les puede suceder, están estudiando alternativas, en las que, conjugando su filosofía de vida, su nivel adquisitivo y su compromiso familiar, puedan quedar definitivamente protegidos de todos los percances que su longevidad o enfermedades les tenga reservados.

Estos aislados valientes piensan que las administraciones, por cuestiones presupuestarias seguirán dando preferencia económica y asistencial a los más necesitados. El resto de pensionistas tendrán que buscar las soluciones que más le interesen para su futuro; futuro que afortunadamente ya nunca será igual que lo sucedido con la generaciones pasadas. Antes existía la conformidad para todas la hijas, y especialmente para las solteras el cuidado de los padres, en cualquier caso y cualquiera fueran las condiciones, estuviera o no preparada para ello; hoy afortunadamente todas las mujeres quieren trabajar y ser independientes, y muchas lo consiguen; hoy no tenemos casas grandes e incómodas donde como fuera cabíamos todos; ahora tenemos pisos o viviendas unifamiliares cómodas pero con espacios muy limitados; hoy los niños tienen que ir a las guarderías y a muy temprana edad, a los colegios para que los padres puedan trabajar y pagar las hipotecas de las costosas viviendas y de los elementos necesarios para esta forma de vida.

Si esto es así, y nadie lo pondrá en duda, ¿porqué nosotros los mayores sin prevenir nada sobre nuestro futuro, (futuro incierto en términos de salud) bien por dejadez o por criterios egoístas, vamos a interrumpir este proceso?, es decir esperaremos hasta que no podamos más y entonces como se hacía antes, que nos cuiden nuestros hijos, que para eso son nuestros. ¿Es éste el objetivo final de nuestra generación? Generación que, con su trabajo y su esfuerzo, ha contribuido al estado de bienestar que tenemos, ha fomentado el estudio y la preparación de nuestros hijos para una vida mejor que la nuestra en todos los aspectos y además está acostumbrada y consideramos que decidida a mantener el bienestar y la independencia hasta el final. Los que tengan esta filosofía, algunos recursos y su pensión, lo tienen fácil. Hay posibilidades para no ser una carga para nuestros hijos, para vivir cómodamente y de forma independiente hasta el final. Es cuestión de pensar en ellas, liberándonos de ciertos prejuicios, solicitar ciertos avales a las instituciones correspondientes y empezar a trabajar para conseguirlo.

Los que no tengan esta filosofía, pueden optar por las conocidas alternativas de toda la vida pasada: jubilarse de su trabajo el hombre, pues la mujer seguirá trabando en la más ingrata y menos reconocida de todas las actuaciones laborales, el trabajo en el hogar. Mientras él se irá a su campo, a pasear, a la biblioteca, al hogar del pensionista, a llevar a sus nietos al colegio, al bar a jugar a las cartas, etcétera, o, en el mejor de los casos se comprarán un apartamento en la playa, que él disfrutará más que ella, o se quedará en casa ayudando a quien tiene que ayudar, para no gastar.

Y, cuando ya no pueda más o no puedan más, ¿qué harán? Buscarán una persona para que los atienda o los cuide, sea o no profesional, se acogerán a la vigilancia de los pisos tutelados; se irán a vivir al piso o a la vivienda unifamiliar de su hija o de su hijo, piensen lo que piensen los hijos políticos y mezclando generaciones; rotarán alternativamente por las casas de sus respectivos hijos; decidirán irse, o los llevarán, a una residencia de su localidad, si la hay, o de fuera si tiene plazas. Residencias públicas y privadas donde no conoceremos a nadie y donde recibiremos el tratamiento que se tiene que recibir, pero nada más.

Si se trata de una residencia pública, ¿tendremos plaza en función de nuestra situación económica y de validez? Si es una privada, ¿tendremos posibilidades de pagarla y por cuánto tiempo sin que resulte gravoso para los nuestros?

Lector, si estamos equivocados, decírnoslo, pero, si estamos en lo cierto, piénselo y pongámonos a trabajar en ello, es igual donde surjan las iniciativas, el caso es conjugar esfuerzos. Juntos tendremos más posibilidades de ser oídos y asesorados por las instituciones para construir algo que siempre será nuestro, (un complejo residencial, una urbanización, terreno tenemos para ello) y de los nuestros, y donde viviremos hasta el final como siempre hemos pensado hacerlo.

*Vicepresidente de la Cooperativade Mayores CODEZAFRA