El temor a las multas por ofrecer música en directo en locales de copas volvió a provocar el pasado fin de semana la suspensión de conciertos. Y es la situación, no por conocida, se repite tras la vuelta a la actividad en septiembre. Al igual que ocurriera en junio pasado, cuando varios locales decidieron interrumpir su programación tras ser denunciados, LaCuerda, establecimiento de la Madrila Alta, optó el sábado por la suspensión de una sesión de funk en la que estaba previsto que intervinieran el disc jockey Barry y los músicos Moi Martín y J. Alberto Santos.

Según la versión ofrecida ayer por Diego Barriga, responsable de la programación del local de la calle Niza, la policía acudió alrededor de las 23 horas tras haber recibido el aviso de que se estaba celebrando el concierto. Barriga aseguró también que agentes de paisano habían hecho acto de presencia en el pub la noche anterior para verificar si el volumen de la música no excedía los límites permitidos. "Decidimos suspender antes el concierto porque al salir anunciado en el periódico --este diario publicó la convocatoria el pasado sábado--, sabíamos que alguien denunciaría", explicó.

Sin embargo, César García González, jefe de la policía local, confirmó ayer que en los informes del pasado fin de semana no aparecía referencia alguna a estos hechos ni tampoco ninguna llamada denunciando la celebración del concierto en LaCuerda. A la Policía Nacional tampoco le constaba denuncia alguna.

Ante la posibilidad de que puedan recibir nuevas sanciones económicas --según Barriga, un total de tres en junio pasado--, el local ha decidido suspender toda su agenda musical para el próximo fin de semana. Este portavoz anunció que pedirá en los próximos días una entrevista con la alcaldesa para que el ayuntamiento garantice que puedan celebrarse los conciertos del IV Festival Cáceres Pop-Art, previstos para el próximo sábado día 22 desde las 17 horas, dentro de la programación oficial.