Cuando el inicio de las obras para la construcción del nuevo hotel Atrio en San Mateo es ya inminente, una nueva controversia ha saltado a la palestra. Los propietarios del palacio de los Golfines de Arriba están convencidos de que la excavación de un sótano de casi seis metros de profundidad puede amenazar la estructura del palacio del siglo XIV, uno de los valores del patrimonio monumental de Cáceres.

"Estamos encantados con que hagan el hotel porque la zona lo necesita, pero el sótano pone en riesgo nuestro inmueble", señala Mercedes López Montenegro, su propietaria. Su temor lo han hecho llegar al ayuntamiento, donde se han reunido con la alcaldesa y con el jefe del servicio de Urbanismo, y lo harán a otras altas instancias de la Unesco. Los servicios técnicos del ayuntamiento aseguran, sin embargo, que todos los informes hasta el momento garantizan la seguridad de la ejecución.

La proximidad del palacio con el edificio que albergará el futuro hotel, separados escasamente por dos metros y medio de distancia, ha disparado la incertidumbre de la familia Montenegro que lo habita. "Estamos muy preocupados --explica Mercedes López--. Estos edificios no tienen cimientos, hay aguas subterráneas y aljibes. Con eso y las vibraciones de la excavación, la estructura del palacio puede verse afectada. Mucho nos tememos que tengamos problemas de grietas". Incluso se teme que las vibraciones puedan afectar a las valiosas lámparas de la Granja que cuelgan de los salones.

GARANTIAS TECNICAS El proyecto del hotel ha pasado ya todos los trámites administrativos y cuenta con licencia de obra. El Jefe de Servicio de Urbanismo, Javier Ruiz, reconoce que la zona "es muy sensible", por lo que asegura que se han adoptado "todos los mecanismos de control" para que no afecte a los edificios circundantes y se vigilará el avance de las obras.

En este sentido, detalla Ruiz, se han solicitado informes geotécnicos según la fase del proyecto y se han puesto condiciones concretas para la realización de los trabajos. Así, por ejemplo, en la fase de demolición, los trabajos se deben ejecutar a mano hasta la primera planta y, a partir del primer piso, se permiten máquinas que producen pocas vibraciones.

En la fase de ejecución, en la que se incluye la excavación del sótano, se ha requerido la realización de un informe geotécnico pormenorizado de las zonas en contacto con la calle Condes y Olmos. Estos informes aún no están elaborados. Según el resultado de los mismos, se procederá a ejecutar el proyecto como estaba previsto o se reconsiderarán las soluciones. "Todas las decisiones de la dirección de obras deben ser comunicadas al ayuntamiento", concluyó Ruiz, quien no dudó de que los responsables y promotores tienen en cuenta que es "un proyecto sensible".

Todas estas garantías previas no tranquilizan a los propietarios. "El trazado del AVE en Barcelona o el metro en el Carmel que se vino abajo también tenían todos los informes favorables y todos sabemos lo que pasó", recuerda Pascual Churruca.

Los propietarios han levantado acta notarial del estado actual de su inmueble, como medida de prevención ante la hipotética aparición de grietas, y se colocarán testigos en la fachada con el mismo objetivo. También tenían previsto encargar un estudio técnico, aunque aún no han encontrado a profesionales que asuman el encargo.

El sótano de unos seis metros de profundidad (casi dos plantas) se extiende desde la mitad de la calle Condes hacia la calle Olmos, incluido el patio de los edificios. Este sótano acogerá la zona de servicios y cuarto de basuras y del hotel de lujo Relais&Chateaux.