Hemos tenido inundaciones por toda la ciudad, ramas caídas, semáforos apagados en la mayoría de los cruces, contenedores que se han desplazado cien metros. No recordamos una tromba así en mucho tiempo". Los agentes de la Policía Local de Cáceres ofrecían ayer una interminable lista de calles afectadas por grandes balsas de agua y obstáculos en la calzada. Los bomberos tampoco daban abasto desde las 18.25, cuando se recibió la primera llamada. Pero los daños no fueron tan cuantiosos como en Aceituna, municipio cacereño en el que ayer se desplomaron tejados y árboles por una tromba de tres minutos.

Poco antes de las 18.30 comenzó a caer la lluvia en Cáceres, con fuertes rachas de viento que inclinaban los árboles y quebraban las ramas. La zona baja, San Francisco, se convirtió pronto en una balsa de grandes dimensiones, al igual que las avenidas de Alemania y la Hispanidad. La empresa Conyser abrió los tragantes en estos y otros puntos de la ciudad, atascados por los restos que arrastraban las corrientes de agua. Las inundaciones se repitieron en La Mejostilla, Cervantes, estación de autobuses... "Hay varias calles afectadas por la gran cantidad de agua caída en sólo diez minutos", explicaron los agentes.

También se abrió un socavón en la avenida de la Constitución y se apagaron los semáforos de numerosos cruces: Héroes de Baler, avenida de la Universidad, calle Argentina, Gil Cordero, plaza de Toros... Además, el tráfico se ralentizó por la caída de ramas, que en algunos casos, como en la calle Bélgica y la ronda de la Pizarra, necesitaron ser retiradas por los bomberos. Otra rama se desplomó sobre una torre de alta tensión, generando chispazos en Floriano Cumbreño.

Algunos negocios y domicilios también se vieron afectados, pero sin daños de consideración. Los bomberos acudieron a un taller mecánico de la calle Santa Lucía donde el agua subió varios centímetros en pocos minutos.

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