Por las manos de Marta Sandín han pasado los pies de muchos cacereños. Y continúan haciéndolo en la calle Moret, justo enfrente del local en el que comenzó Calzados Marta "hace ya 47 ó 48 años", recuerda Santiago Paniagua, hijo de la propietaria y uno de sus ´colaboradores habituales´.

"Mantenemos el coraje con el que mi marido y yo comenzamos", cuenta Sandín. Y eso que a lo largo de los años la tienda se ha enfrentado a cambios para renovar su imagen. "No tiene nada que ver ni los tipos de clientes, ni las tendencias, ni la forma de comprar de ahora con la de antes. Todo es diferente", sentencia Paniagua, que ha crecido entre cajas de zapatos.

Asimismo, admite que siguen conservando clientes "de siempre" pero, al haberse hecho ya mayores, son "sus hijos" quienes van a comprar. "De todas formas", prosigue, "la clientela siempre ha estado formada por gente de fuera y los de siempre, al ser esta una ciudad muy turística". Además, considera que es una tienda de atención personalizada, "no tan fría como otras", dice.