Con esta imagen se toparon ayer por la mañana algunas de las personas que pasaron ante la puerta principal de la iglesia de San Juan, en la que se encuentra el monumento al cofrade. Alguien decidió darle una utilidad ´diferente´ --más allá de la representativa-- a la talla y usó la mano de uno de los cofrades para asegurar la correa de su perro, al que pareció no importarle.