Ya han concluido las declaraciones a familiares, amigos y vecinos del parricida del Perú, Daniel Cortés Caldera, que acabó con la vida de su padre de un disparo la madrugada del pasado 20 de febrero. Los familiares más cercanos confirman la situación familiar que vivían en casa debido a los presuntos malos tratos que llevaba sufriendo la madre del parricida por parte de su padre desde hacía más de 30 años. Nunca lo denunciaron por miedo. Algunos amigos, por el contrario, desconocían esta situación, al igual que los vecinos. Concretamente se ha interrogado a la persona que reside justo encima de la familia y asegura que sí había visto dirigirse al padre de malas maneras hacia su esposa, pero que desconocía si existía violencia de género.

Ya se ha recibido también el informe toxicológico para conocer si, en el momento de los hechos, el parricida se encontraba bajo la influencia del alcohol. Los análisis fueron remitidos a Sevilla. Ahora los datos enviados (no ha trascendido qué tasa de alcohol ha dado, ni siquiera si iba bebido) deben ser cotejados por el médico forense de Cáceres, que deberá analizar si la cantidad de alcohol que tenía en sangre influyó en las capacidades volitivas de Daniel Cortés en el momento del asesinato.

La fase de instrucción continúa. Faltan por conocerse tambén otros datos, entre ellos el informe del forense que aclare si el padre estaba o no dormido en el momento en el que ocurrieron los hechos. Una vez se tenga conocimiento de todos los datos el juez decidirá si se abre o no un juicio oral. De momento se le acusa de homicidio.