El juicio por el crimen ocurrido la madrugada del Día de Reyes del año pasado en la zona de la Madrila, en el que Alejandro Martín Niño, de 35 años, causó la muerte de un disparo a Alejandro Clemente Ríos, un joven estudiante de Derecho de 19 años, se centró fundamentalmente en si hubo o no intención de matar. Mientras que el acusado insistió una y otra vez en que él siempre disparó al aire, "para asustarles y defenderme", los cuatro jóvenes que presenciaron los hechos junto a la víctima aseguraron que el primer disparo lo hizo al aire, pero después disparó apuntándoles y para matar.

"No utilicé el arma para matar, sólo para asustarles y siempre disparé hacia el aire, por encima de sus cabezas, y aunque por desgracia una bala alcanzó a uno aseguro que no fue con intención, fue una bala endemoniada, maldita", declaró el acusado. Este mantuvo durante su declaración, que se prolongó ayer desde las 10.30 a las 11.30, que fueron los jóvenes los que le agredieron a él y que si utilizó el arma fue sólo para asustarles y evitar que volvieran a agredirle.

Esta versión fue desmentida por los cuatro amigos que vivieron los hechos junto al fallecido. Según éstos ellos intervinieron para evitar que el acusado agrediera a su compañera, negaron que le agredieran y tras recordar amenazas de Alejandro Martín tales como "os vais a acordar de este día" o "subid cabrones que os voy a matar a todos", aseguraron que jamás sospecharon que llevara una pistola y mucho menos que la utilizara contra ellos.

Su versión de que el primer disparo lo hizo al aire para luego, de forma inmediata, disparar dos veces más contra ellos fue ratificada por un agente de la policía científica y los forenses. Según el primero se encontraron tres vainas de bala, una de la que impactó en la víctima, otra impactada a la altura del tercer escalón de la escalinata que sube de la plaza de Albatros a Doctor Fleming, y una tercera de una que no pudo determinarse dónde impactó, "lo que implica que la persona que disparó estaba en un plano superior y quiso disparar hacia los que estaban más abajo". Y según los forenses, por la herida que presentaba Alejandro Clemente y que causó su muerte, "la dirección del disparo fue oblicua, de arriba a abajo, de adelante a atrás y de izquierda a

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