TVtivimos un periodo comprometido para los desempleados, las empresas y las economías familiares de nuestros ciudadanos. La caída del empleo y la desinversión siguen haciendo mella en la economía global. El contexto mundial no es favorable, aunque se atisban síntomas de recuperación, pero también la necesidad de promover un cambio de modelo del crecimiento económico. También en nuestra ciudad.

Aunque Cáceres tiene una alta tasa de empleados en el sector público, que actúan como colchón en comparación con otras economías más dependientes del sector industrial u otros sectores productivos, estamos en momentos de aprieto de los que no tardaremos en salir, pero frente a los cuales debemos seguir tomando medidas de incentivo de nuestro sistema productivo para acelerar el camino de la recuperación.

Conscientes del carácter cíclico de la economía, ni en los ciudadanos, ni en las instituciones caben actitudes pasivas y de inhibición a la espera de que amaine el chaparrón, casi un tsunami global. Es el momento de que seamos especialmente activos e inteligentes para superar las dificultades. Nuestro futuro depende de que tras la crisis salgamos más reforzados o más debilitados. ¡Ese es el reto!.

Debemos aprender de aquellas ciudades que durante los tiempos difíciles son capaces de prepararse con medidas innovadoras, pues acaban mejorando su posicionamiento cuando regresa el tiempo de las vacas gordas. Comenzamos a ver los primeros síntomas y detectamos quienes están tomando la iniciativa. La capacidad de anticipación para sobreponerse a las adversidades es lo que hace grande a un país, a una región o a una ciudad. Y también a las personas.

Cáceres debe ser una ciudad europea ejemplar, especialmente en tiempos difíciles. Tiene muchos motivos. Nuestra aspiración a Capital Europea de la Cultura en el 2016, debe representar la ambición por explorar nuevas soluciones al modelo social y económico urbano. Más allá de su nombramiento y de los eventos culturales que de él se puedan derivar, la dimensión europea de nuestra ciudad debe significar más democracia, más bienestar y un modelo de sostenibilidad urbana ejemplar. Pues hoy, la dimensión de las ciudades no se mide por su número de habitantes, sino por su capacidad creativa e innovadora para afronta los retos.

El gobierno municipal de Cáceres ya ofreció en el 2008 un gran acuerdo social, para movilizar a todos los agentes y las capacidades de la ciudadanía y las organizaciones de la ciudad, que se tradujo en la creación del Consejo Económico y Social y el Pacto por el Empleo, que se encuentran en desarrollo. Un año después, en el 2009, seguimos buscando fórmulas resolutivas con la colaboración de todos. Por ello, lanzamos un segundo reto colectivo para promover el desarrollo de capacidades creativas e innovadoras que estimulen la mejora para buscar soluciones y avanzar en tiempos modernos. Se trata del conjunto de medidas que vienen de la mano del Plan Estratégico de Innovación y Creatividad 2010-2016, que se somete al debate público durante el próximo curso político, siguiendo las reglas de participación y compromiso ciudadano que venimos expresando.

Estamos en un momento determinante para revisar nuestro modelo económico urbano y proponer una mejora del posicionamiento de Cáceres en sectores tradicionales como la hostelería, el comercio o la construcción, pero también para impulsar sectores emergentes como el de las industrias culturales, el turismo o las tecnologías de la información y la comunicación, que traerán más empleo y más progreso a la ciudad.

Durante todo el año 2008, el gobierno municipal ha trabajado en la sombra, para preparar una estrategia concertada y participada con los agentes sociales y económicos de la ciudad para plantarle cara a las adversidades. El futuro curso político será el momento de liderar juntos la recuperación económica con imaginación y creatividad, verdaderas herramientas para construir un futuro común en tiempos difíciles.