Siempre tuvo su caché con tiendas de firmas destacadas, pero ahora, tras la peatonalización, dicen que es la calle de moda tanto para ir de compras como para tomar un café en las terrazas. Su ubicación estratégica resulta incuestionable, en pleno corazón de la ciudad, y tanto empresarios veteranos como emprendedores han llenado los locales. San Pedro de Alcántara inauguró en la pasada primavera su nueva imagen peatonal en granito negro y gris, una remodelación que abarcó desde la avenida de España hasta Virgen de Guadalupe (200 metros de longitud) y que supuso 635.375 euros. Los negocios de la calle están satisfechos, pero las expectativas no son aún las esperadas.

Las firmas consolidadas como Roberto Verino o Adolfo Domínguez ya tienen su clientela, pero a las nuevas les está costando un poco más y lo achacan al descenso del público por el cierre de Primo de Rivera y la supresión de estacionamientos en Virgen de Guadalupe, con la esperanza de que el futuro parking aporte más fluidez de público. "La gente entra, elogia la tienda y los zapatos, pero necesitamos más afluencia para que haya más compras", señala Geni Granado, propietaria de una franquicia de calzado.

En cualquier caso, las tiendas consultadas se muestran optimistas con las nuevas aperturas, con la actividad de esta vía y con la variedad de negocios que se suceden también en las calles aledañas. "La concentración de comercios siempre atrae más público, es buena para todos", explica Ana Isabel Doncel Caballero, que lleva meses con su negocio en la zona. Tan solo quedan dos locales libres en toda la calle: la antigua 'Sastrería Rafael' y 'Novias María Luisa'. Los comerciantes aseguran que no faltan candidatos, la cuestión es económica, ya que la zona tiene los alquileres muy elevados desde que se tramitó la llegada de El Corte Inglés.

"Un local del 60 metros cuesta entre 1.300 y 1.400 euros al mes. Luego hay que hacer muchas ventas para pagar seguros, cuota de autónomos, luz, IBI, mercancía... La situación no es fácil", confiesa un veterano vendedor. Por ello, las tiendas necesitan más trasiego y muchas sostienen que el gran impulso a la calle vendría con la instalación de una gran franquicia o cadena.

Tampoco hay que olvidar la climatología. Precisamente el pasado otoño, primero con la calle recién remodelada, no fue el mejor para favorecer las compras debido a las altas temperaturas. "El invierno cada vez se hace más corto, tiene menos tiempo de venta y se basa en ofertas. Con estas circunstancias, acaba por no ser una temporada rentable", explica Juan Carlos Alonso, socio de la firma 'London'. Y como nunca llueve a gusto de todos, el cálido otoño sí ha propiciado la buena marcha de las terrazas que se han inaugurado en San Pedro de Alcántara aprovechando la ausencia de tráfico.