La Semana Santa de Cáceres dio ayer sus primeros pasos con la celebración de vía crucis, pequeñas procesiones de traslado de imágenes, mesas de ofrendas, besapiés o misas en recuerdo de los difuntos. Son los prolegómenos de la que, sin duda, se convierte en la cita religiosa, cultural y turística más importante del año en la capital cacereña.

No en vano, a partir de mañana los hoteles comenzarán a recibir a más de 50.000 turistas y se calcula que más de 30.000 personas sean espectadores directos de unos pasos procesionales que anualmente mueven a alrededor de 12.000 cofrades.

La de este año será recordada como la Semana Santa en la que la Unión de Cofradías Penitenciales de Cáceres aspira a convertir este magno acontecimiento en Fiesta de Interés Turístico Internacional, tras haber logrado hace unos años la categoría de interés nacional.

LOS ACTOS Las cofradías de la Santa y Vera Cruz, Nazareno, Soledad, Ramos, Estudiantes, Cristo del Humilladero, Cristo del Amor, Expiración y Cristo Negro fueron protagonistas de los prolegómenos. San Mateo acogió el besapié a la Virgen Dolorosa de la Cruz y en Santiago de los Caballeros tuvo lugar el Solemne Miserere en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la talla de mayor simbolismo de la ciudad.

En la Soledad se celebró una mesa de ofrendas en honor a la Virgen y en San Juan se produjo el traslado procesional del paso de la Entrada de Jesús en Jerusalem, a cargo de la cofradía de los Ramos, desde el templo de San Juan hasta los locales de la asociación ACISJF.

Entre los actos nocturnos destacó el traslado de Jesús de la Expiración desde su ermita en la Arguijuela al Palacio Episcopal y de ahí en vía crucis hasta el palacio de Torre de Sande. Los actos se cerraron con la procesión de las antorchas de San José.