Si dispone de cientos de miles de euros, incluso de un puñado de millones, la geografía cacereña le ofrece un buen número de grandes propiedades a la venta que se salen fuera de la común: un convento del siglo XVI, un palacio del siglo XV, lagares, fincas de cientos de hectáreas con aprovechamiento residencial, ganadero o cinegético, dehesas de ensueño, cotos, complejos rurales con diversos edificios, casas señoriales, hoteles con encanto... «Más que propiedades de lujo, son propiedades singulares, por ejemplo molinos, monasterios o palacios que aportan un valor añadido a los interesados», explica Robert Menetray, propietario de Lançois Doval, empresa de comunicación especializada en poner en contacto a compradores y vendedores de tan peculiar segmento a nivel nacional e internacional, desde hace un cuarto de siglo.

Estos inmuebles suelen estar catalogados como Bienes de Interés Cultural y algunos casi como Monumentos Nacionales, una protección que condiciona ciertos usos pero que también sirve de reclamo para los clientes, por ejemplo cuando se destinan a un negocio. «De hecho, en la mayoría de los casos los adquieren grupos de empresas para desarrollos hosteleros (hoteles, restaurantes, centros de eventos...), mientras que son minoritarios quienes los compran para disfrute propio. En cualquier caso, se trata de personas de cierto poder adquisitivo», subraya Robert Menetray,

Aunque la crisis ha elevado ligeramente el número de propiedades en venta, la economía no es un factor decisivo en estos casos. «Suelen salir al mercado por cuestiones de herencia, debido a la complejidad de gestionar semejantes edificios entre varios propietarios», señala el profesional. Su venta no es sencilla. Requiere una difusión nacional e internacional, a la que ayudan las empresas de comunicación especializadas convirtiendo en noticia algunas ofertas por su trascendencia.

«En Extremadura hay cierta demanda sobre todo de fincas y dehesas, pero aún se percibe la ralentización en las ventas generada por la crisis en el interior peninsular. El momento sigue siendo complicado», reconoce.

LOS PRECIOS / En general, llama la atención la dimensión de los precios. «Las denominadas grandes operaciones son compras de entre 3 y 5 millones de euros, las más frecuentes entre empresas que buscan diversificar sus activos», revela el profesional. Curiosamente, registran una demanda fluida. Por encima de 5 millones las ventas se complican porque resulta muy difícil recuperar la inversión. Por último, «las operaciones entre 500.000 euros y 1 millón son las más paralizadas porque han sufrido especialmente la crisis», desvela Menetray.

Semejantes desembolsos son realizados por clientes tanto españoles como extranjeros. Los primeros compran la mayoría de las propiedades del interior, y los segundos se decantan sobre todo por la costa y las grandes capitales (especialmente los ingleses).