TTtodas las opiniones de las más variadas procedencias inciden en lo mismo: estamos en tiempos de cambios y mudanzas en nuestras formas de pensamiento. Mudanzas que se manifiestan cuando el discurso conceptual más difundido se reduce a unas cuantas frases hechas, sintéticas o axiomáticas, que se han 'fusilado' de pensadores antiguos, para convertirlas en una sucesión de tópicos irrelevantes, perdiendo fuerza en su significación y profundidad. Léanse, sino, los reiterados mensajes políticos, económicos o propagandísticos, en los que se repiten fórmulas opacas, promesas insulsas y palabras vacías que todo el mundo sabe que no se pueden llevar a efecto.

Actualmente, con la reiteración de convocatorias y procesos electorales, se han producido tres fenómenos que explican sobradamente lo que indicamos arriba: Primero, la incidencia altamente negativa de las 'nuevas tecnologías' y de las llamadas 'redes sociales', que han obligado a minimizar las escasas nociones a las que han quedado reducidas las antiguas "ideologías", para poder difundirlas como 'twits', SMS o mensajes de correo electrónico; con lo que más que ideas, proyectos o razonamientos, lo que se difunden son simplezas, zafiedades y necedades; entreverados con ataques ofensivos hacia los oponentes; 'dogmas' neoliberales en un inglés 'macarrónico', o 'consignas' - 'mantras' se les llama ahora - formuladas en los comités de 'asesores' de los Partidos, que repiten incansablemente los portavoces, en entrevistas o ruedas de prensa.

Esta remodelación de las viejas y convincentes doctrinas filosóficas, sociopolíticas, demoscópicas o económicas en simples tópicos, vacuidades y 'mantras' se ha visto reforzada igualmente por la incorporación masiva de individuos - más o menos mediocres y con cualidades ciertamente opacas - a las innumerables listas de candidatos; a las de asesores del comité de campaña, a los innumerables portavoces de las Secretarías de Prensa y Propaganda o, simplemente, a las legiones de animadores incondicionales para aplaudir, vociferar y provocar entusiasmo entre los asistentes a mítines y prédicas, cuando el ambiente público se enfría o pierde ánimo.

Finalmente, también han proliferado en todos los medios de comunicación las noticias, ruedas de prensa, tertulias, entrevistas y declaraciones 'exclusivas', para multiplicar el efecto difusor de las escasas ideas y proyectos; de las 'líneas rojas", deseos de regeneración y de cambio, de los diversos Partidos políticos; demostrando, de paso, la tendencia de sus líderes a olvidar lo que habían prometido en su mitin anterior; las intenciones que les guiaban hace solo un par de semanas y el desconocimiento de los verdaderos problemas de las gentes y familias a las que quiere convencer para que les den su voto.

Todos hemos comprobado cómo, al final, los grandes discursos y promesas han quedado reducidas a concertar, en secreto, la asignación de los sillones mejor retribuidos del Congreso; con lo que la sospecha general más extendida entre el vecindario es que los líderes políticos están "negociando" privadamente su lugar en el reparto de prebendas, los 'premios' a sus respectivas clientelas de fieles y las futuras obras y servicios que hay que privatizar para asignar también las correspondientes 'mordidas'.

Con un par de nuevos recortes; con unos presupuestos restrictivos y algunas congelaciones de salarios, todo quedará arreglado para la casta.