Cada vez que entra en la sala de toreros sueña que un día podrá echar la cara al suelo mientra colea el morlaco. Pero por el momento, Roberto Galán, madrileño de nacimiento, cacereño de corazón, lidia novillos. Eso sí, empeña sus esfuerzos para tomar la alternativa como matador de toros. "Me gustaría tomarla en México por su afición incomparable, que tiene mucho sentimiento", asegura Galán, el novillero que desde hace dos años se enfrenta a la muerte en las plazas mexicanas para hacerse un hueco entre los grandes del toro.

Desde Cáceres, Germán, su padre, y Manuel Jiménez, su íntimo amigo y uno de los hombres que más fe tiene en él, siguen a diario los avatares del torero. "Creemos que no tardará mucho en tomar la alternativa. A él le gustaría que fuera en Plaza México, donde tuvo su primera cornada, es una especie de deuda pendiente que él tiene", recuerda orgulloso su padre.

"El 6 de junio se marchó solo a México. Tuvo una cornada muy grave", en su debut mexicano, apostilla su progenitor. La cornada le interesó la vena y la arteria femorales cuando toreaba de capote a su segundo novillo. El joven español había estado muy bien con su primero, pero con el segundo, cuando ejecutaba una media verónica, el novillo lo prendió por la pierna lanzándolo por los aires. En la enfermería fue estabilizado y, de ahí, trasladado al hospital Mocel de la capital mexicana, donde lo intervinieron durante tres horas.

El padre del novillero cacereño destaca la entereza de su hijo y su dedicación. La última de sus faenas, hace unos días, fue en la plaza mexicana de San Marcos. Las crónicas periodísticas del país lo definen como un novillero con "técnica y buen oficio", con "derechazos de sabor y gran calidad, con sentimiento y temple".

Joven promesa

Las mismas crónicas periodísticas de México añaden: "Roberto Galán es una joven promesa del toreo, el cual tiene depositadas en México sus esperanzas de alcanzar la fama, de manos de su apoderado Jorge Delgado Evodio . Es un torero serio --continúan--, que quizás no ha alcanzado la madurez frente al bravo, pero que sin embargo mantiene las ganas y la entrega de alguien que quiere dar una satisfacción a su país".

Roberto Galán (nació en Madrid el 22 de octubre de 1983 pero se siente cacereño de corazón) se inició en la Escuela Taurina de Madrid y durante casi tres años --tenía 14-- estuvo en Extremadura, en las ganaderías de Victorino Martín y Fernando Domez (Zalduendo). Debutó con picadores el 16 de agosto en Cantalejo (Segovia), con Matías Tejela y César Jiménez. Y ahora, a la espera de hacer realidad su sueño, sigue en México.