Huamachuco, al norte del Perú, en la Región Departamento de La Libertad, está situada a una altitud de 3.269 metros sobre el nivel del mar en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes. Es el próximo destino del torero cacereño Jairo Miguel, que por fin ve cumplido uno de sus sueños iniciando una minigira americana en la que podrá volver a vestirse de luces. Será después de su corrida en Zorita (Cáceres), prevista para el 15 de agosto, cuando emprenderá el vuelo al altiplano para participar en dos importantes festejos en los que ha volcado muchas de sus ilusiones. El viaje requiere una preparación deportiva muy concienzuda, especialmente para evitar la hipoxia, un estado de deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo originada por la exposición a una altitud excesiva donde la concentración de oxígeno atmosférico disminuye. Para ello Jairo se ha puesto en manos del prestigioso entrenador nacional Manuel Ordiales, que en la actualidad dirige el centro deportivo Arte Físico en la calle Río Miño (barriada del Espíritu Santo).

"Expliqué a Ordiales los objetivos que tenía para mi preparación y lo entendió desde nuestra primera toma de contacto. Nos pusimos a trabajar y estoy logrando todos los propósitos: potenciar mi físico sin ganar musculación excesiva para estar al cien por cien, a un nivel adecuado con mis próximos compromisos", explica el diestro, consciente de la importancia de un buen entrenamiento. "Tu cuerpo debe adaptarse a lo que te espera frente al toro y por eso hay que tenerlo lo más adaptado posible para responder de una forma eficaz a cualquier reacción de los animales o de las circunstancias que puedan desencadenarse en la plaza", señala el torero.

Jairo se enfrenta a los ejercicios de Manuel Ordiales, que son aplicables al manejo del capote, la espada y la muleta. Ello no es más que una muestra del espíritu disciplinado de este matador de toros que en los últimos meses ha realizado tentaderos en ganaderías como el Cubo, Victorino Martín y la finca Ambiciones del maestro Jesulín de Ubrique, entre otras. El cacereño lucirá dos trajes, uno azul y oro, y otro que ya tiene en el sastre "para darle un repasito". Lo cuenta con ilusión contagiosa mientras Ordiales explica que el primer paso que dio Arte Físico en la preparación de Jairo fue la realización de un estudio en el que se observó excesiva masa muscular en el cuerpo del diestro. "Tratamos de rebajar esa masa y ganar en fuerza, mejorando incluso la fuerza explosiva. Parece una paradoja, pero se consigue", advierte Ordiales. Para ello, el entrenador trabaja sobre todo el core (que es la parte de la cintura) y el tren inferior del matador, que son fundamentales para el toreo a la hora de dar esos pases largos que tanto gustan a la afición.

Además, las piernas han de ponerse finas, fuertes y fibrosas para reaccionar ante contratiempos en la plaza. Por eso, Ordiales aplica a Jairo tablas que suman del orden de 40 a 50 ejercicios donde generalmente levanta su propio cuerpo. A veces utiliza un suplemento de máximo 5 kilos para fortalecer piernas. Con eso consigue que el diestro pierda peso y volumen.

Jairo se somete asimismo a una preparación especial para adaptarse a la altura de 3.000 metros en Perú. Para ello, Arte Físico cuenta con un compresor contra la hipoxia. La máquina juega con el porcentaje de oxígeno del torero, dispone de una mascarilla que el diestro utiliza durante hora y cuarto en días alternos, y de un pulsioxímetro que le marca el oxígeno en sangre. En estos momentos Jairo soporta los 2.300 metros de altitud, pero el objetivo es que supere los 3.000, puesto que es primordial que no tenga mal de altura. El torero atesora una gran ventaja, y es su cantidad de hematocritos con la que incluso podría correr fondo, es decir, estamos ante un deportista de alto nivel, lo que hace que los resultados positivos se vean en su caso con mayor rapidez.

La asociación

Arte Físico es una asociación sin ánimo de lucro, que se mantiene de la aportación de las personas que acuden al centro para su mantenimiento o entrenamiento. En ella hay 75 personas de la escuela de atletismo, más de 50 atletas, árbitros, toreros, ciclistas, ironmans... que solo han de pagar una pequeña aportación mensual. Arte Físico está formado por Javier Alvés y Gema Barrientos, atletas internacionales y doctores en Fisiología del Deporte, y el propio Manuel Ordiales, que la preside y que además de ser su director técnico, es entrenador nacional de atletismo y titulado en Grado Superior de Atletismo.

Ordiales entrena a deportistas y a no atletas con un entrenamiento adecuado y personalizado. Ahora Jairo, preparado para hacer las américas, está en sus manos y Ordiales es consciente de ello: "Un torero --sentencia-- se juega la vida y para nosotros, entrenarlo es una responsabilidad muy grande".