Llevaba rumiando la idea varios meses y no ha parado hasta conseguirlo. Javier Figueredo Fernández, un joven artista de 26 años con residencia en Valverde del Fresno, declaró ayer ser el autor de la transformación en vaca suiza del Toro de Osborne situado en la N-630, en las cercanías de la Perala.

Para sorpresa de los conductores, el símbolo corporativo del Grupo Osborne aparece alterado en su tradicional color negro al presentar unas manchas de pintura blanca que le confieren aspecto de vaca lechera. El hacedor del cambio explicó ayer a este diario que su intención era la de "hacer un acto de reivindicación y de apoyo a la cultura extremeña por el poco interés que existe y también a la capitalidad cultural europea del 2016".

Sin embargo, y a pesar de reconocer que hizo algo "ilegal", el artista defendió su teoría de que los soportes publicitarios de Osborne "están obsoletos y se les puede dar algún tipo de utilización". Su labor creativa duró tres horas y la realizó de madrugada junto a otras tres personas. "No fue fácil trabajar el toro porque tiene la altura de cuatro pisos", subrayó.

Ubres de chapa

A pesar de la escasa luz no llegaron a utilizar linternas por temor a ser descubiertos. Previamente, Javier Figueredo había realizado unas ubres de chapa en color rosado que atornilló en la parte inferior del toro. Luego pintó su cuerpo y la zona inferior de la cabeza para dejar claro el cambio de sexo.

El autor, nacido en Cataluña aunque criado en Valverde, se formó en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Ciudad Real, se autodefine como "un pequeño artista" y apuesta en su obra por la tendencia figurativa.

Mientras tanto, el Grupo Osborne situó ayer en el terreno de lo anecdótico la conversión en toro travestido. "En nuestros 50 años de historia hemos tenido casos de toros pintados como un cordero, vacas lecheras y hasta uno totalmente de rosa", aseguró Claire Filhol, responsable de la compañía en El Puerto de Santa María de un departamento específico para el toro.

Esta portavoz añadió que el cambio del soporte lo afrontan "con cierto humor, aunque supone un gasto" y avanzó que éste volverá a su estado original al ser de los primeros incluidos en el mantenimiento anual. "Es la primera vez que algo así nos ocurre en Extremadura en 10 años", dijo.

Por su parte, los alcaldes de poblaciones cercanas como Casar de Cáceres y Garrovillas mostraron ayer su sorpresa por la nueva imagen del toro. "En el pueblo se habla de quién ha podido ser", afirmó el regidor de ésta ultima, Pedro Martín. El enigma ya está resuelto.