La localidad cacereña de Torrejoncillo se prepara para la celebración de su fiesta más importante, La Encamisá, declarada de Interés Turístico Regional. La noche de este jueves 7, a partir de las 22.00 horas, el Estandarte de María Inmaculada saldrá en procesión, acompañado por alrededor de 250 jinetes, cubiertos con sábanas blancas con la imagen de la virgen y portanto farorillos para iluminar el camino. El mayordomo de las fiestas será este año Antonio Crespo, que lleva veintidós años esperando la ocasión. Estandarte y jinetes son recibidos por unos 150 escopeteros, que descargan entre 200 y 300 salves cada uno en hornor a la Inmaculada, llenando Torrejoncillo de humo y estruendo.

El origen de esta antiquísima fiesta parece estar, según algunas leyendas, en la batalla de Pavía, que tuvo lugar en 1525 entre el ejército francés al mando de Francisco I y las tropas germano- españolas bajo las órdenes del emperador Carlos V. Un grupo de torrejoncillanos, cubiertos con sábanas blancas para pasar inadvertidos en la nieve, encomendándose a la virgen, lograron cruzar las líneas enemigas. Cierto o no, la realidad es que el origen de esta fiesta pudo estar en una batalla, de ahí los jinetes y las escopetas, y que hoy día tiene una advocación mariana.

Hasta diez mil visitantes se espera que acudan la noche del jueves al viernes a Torrejoncillo, una localidad de 3.400 habitantes. Se ha preparado un dispositivo especial de seguridad para que la fiesta transcurra sin incidentes.