Soy una persona con enfermedad mental severa que ha pasado por dificultades y situaciones de auténtica desesperación antes de encontrar Apafenes, que me ha prestado toda la atención que yo necesitaba para poder superar mi situación.

Un día tengo una crisis muy grave, paso cuatro meses en un psiquiátrico y al salir me encuentro en la calle, no tengo donde vivir, no puedo vivir sola, necesito apoyo psicológico, terapéutico y el entorno de una familia.

Conocí Apafenes. Se dedican a cuidar y rehabilitar a personas como yo. Puedo asegurar por mi experiencia su gran profesionalidad, su fuerte vocación, su dosis enormes de humanidad y en muchos servicios se supervisa las 24 horas del día.

Nunca estamos solos. Aprendemos a convivir, a hacer deporte, a leer, informática, una disciplina, a trabajar...

Después de dos años estoy viviendo en un piso tutelado. Soy autónoma e independiente, cuido de mí misma y de mi casa. Voy al Programa de Rehabilitación Laboral para encontrar un trabajo o unos estudios. Me siento muy agradecida. Siempre que tengo un problema me atiende mi psicóloga, mi monitora o cualquier trabajador.

Es evidente que tengo total confianza en Apafenes y nunca dejaré de tener contacto con ellos. Me salvaron de mi depresión y de un callejón sin salida. Mi aprecio inicial es hoy un cariño y un afecto incondicional hacia todas estas personas, porque para mí Apafenes hoy no es sólo mi asociación. Mi madre es socia y también diría lo mismo que yo, e incluso más, porque está muy agradecida.