"Guerrita nació siendo torero". Así explica Hernán Ocampo, padre de Guerrita Chico, cuyo nombre real es Breyny Hernán Ocampo Villa, la pasión de su hijo por el mundo taurino. El diestro nació hace 24 años en Cali, Colombia, y en 2001 vino a debutar en San Sebastián para darse a conocer en España. Actualmente vive en Cáceres con sus padres y se abre camino ayudado por su apoderado, César Rincón, y por su amigo y representante, Paco Vázquez.

Casi no sabía hablar y ya daba sus primeros capozatos con los trapos de la cocina. Y es que lo lleva en la sangre porque se lo inculcaron prácticamente desde que nació, es más, antes de nacer, sus padres ya querían que se aficionase a los toros. "Teníamos otro hijo pero no le gustaban, en la plaza ni siquiera miraba". Sin embargo, las aspiraciones de Guerrita estuvieron claras desde el principio, y con solo 6 años ya le decía a sus padres que quería torear. Estos, para animar al chico, lo llevaban a la plaza con los banderilleros y le encargaban trajes y muletillas a su medida.

A los 9 años entró en la escuela taurina de su ciudad, en la que destacó por encima de todos. "Siempre cortaba alguna oreja, su profesor decía que era muy bueno", comenta su padre. En dos años consiguió la victoria en 23 cursos, y después de estar un tiempo perfeccionándose en la escuela de México, vino a España, la cuna del toreo, para labrarse un futuro y abrirse un hueco en la historia taurina. Una vez aquí no han sido pocos los ruedos que ha pisado el matador, e incluso ha conseguido quedar segundo en el "Zapato de Oro" que se celebra en Arnedo, La Rioja, donde han triunfado toreros renombrados como Jesulín de Ubrique o Enrique Ponce.

Cuenta Hernán Ocampo que Antonio Población y Antonio Picamil, uno antes y otro después, decidieron apoderar a Guerrita y traerlo a Cáceres. Actualmente su apoderado es César Rincón, y "con él le va bien", señala satisfecho su padre. La ciudad de Ubaté, Colombia, ha sido la última en ver una faena de Guerrita, donde el pasado domingo debutó junto a Emilio de Justo e indultó a su último astado.

Hoy lidiará otros tantos en el coso de Palmira, cerca de su ciudad natal, y como explica Hernán, "es muy importante para su futuro que salga todo bien y que lo vean torear allí". Sus padres, que no se equivocaron cuando decidieron mostrarle el mundo taurino, están muy orgullosos de él, ya que "ha luchado mucho para conseguir lo que tiene" y se ha sabido ganar el respeto de la afición cacereña.