Nos parece absurdo que seamos las únicas capitales de provincia que no se encuentran unidas por una autovía. Para nosotros, todo lo que sea mejorar es importante». Alonso Sánchez, secretario de la Asociación de Empresarios de Transportes de Extremadyra (Asemtraex), con sede en Cáceres, lo tiene claro. «Aunque no lo podemos cuantificar en términos económicos, sí se puede decir que se pierde dinero. Con la conversión de la EX-100 en autovía se ahorrarían entre quince y diez minutos en el trayecto. De hecho, hay gente en el sector que no utiliza esta carretera por el tipo de vía. Hay transportistas que prefieren ir por Mérida», resume.

Las reivindicaciones, que también las comparte Pedro Rosado, secretario general de la Federación de Empresarios Cacereños (FEC), no se quedan ahí. Alonso Sánchez señala de igual modo que, en la actualidad, la EX-100 precisa arreglos continuos «porque es una carretera con muchos años, con curvas y peraltes cambiados y con un índice de siniestralidad elevado para la cantidad de tráfico que tiene».

EMPRESARIOS // Los empresarios cacereños claman también por la autovía. Ya lo hicieron a través de la Federación Extremeña de Empresarios (FEC) con un estudio realizado en 2004 pero que los pocos cambios que ha experimentado la EX-100 en los últimos tiempos, le otorgan una vigencia muy actual. «La autovía Cáceres-Badajoz, unida a la conexión de la Autovía Cáceres-Trujillo con ésta y con la A-66 a través de la tan prometida y nunca iniciada ronda, serían una infraestructura fundamental para toda Extremadura», resume Pedro Rosado, secretario general de la FEC. Sus argumentos: la «enorme» generación de empleo que conllevaría y los beneficios que traería, más aún con la realización de la plataforma logística de Badajoz. El informe citado hablaba de casi 60.000 empleos de un año de duración.

Además, Pedro Rosado valora también cuánto lastra a los empresarios cacereños no solo la ausencia de la autovía, sino también de otras infraestructuras. «Tenemos un déficit de comunicaciones en la provincia de Cáceres que impide el desarrollo de sectores clave», razona. Y prosigue. «Cáceres debe ‘explotar’ como destino turístico, pero sin un aeropuerto cerca ni un tren siquiera de los años 80 no podemos pretender muchos mejores número que los que tenemos ahora».

Afirma, además, que la «pésima»conexión entre las dos capitales extremeñas impide «acercarnos a Lisboa, a puertos» y tampoco posibilita que se cree un núcleo empresarial Cáceres - Badajoz que, a juicio del presidente de la FEC, sería el motor de Extremadura «tanto desde el punto de vista comercial, como de servicios, transportes o turístico». Por último, consideraría beneficiosa la llegada de otra infraestructura como el aeródromo aunque, en su opinión, menos que el AVE o la citada autovía.

FIRMAS Y ACCIDENTES // La llegada de la autovía también cuenta con un gran respaldo ciudadano. Prueba de ello es la campaña que inició la formación política Badajoz Adelante, hace aproximadamente seis meses, en la web Change.org y donde pedía firmas que apoyaran la causa. Actualmente cuenta con casi 5.500 firmas, aunque no serán suficientes para que se encare el proyecto. De hecho, en los planes de la Junta de Extremadura, según indicó el consejero de Economía e Infraestructuras, José Luis Navarro, no entra presupuestarla ni para este año ni para el resto de legislatura. «No es una prioridad», sintetizó Navarro en unas declaraciones que ya recogió este periódico.

La DGT considera la EX-100 como la carretera más peligrosa de Extremadura y el pasado año se produjeron varios siniestros mortales. No en la provincia cacereña, ya que en ésta hubo cinco accidentes con víctimas (ningún fallecido, un herido hospitalizado y siete heridos leves), pero sí en la pacense. Esta vía secundaria se tiñó de luto en agosto, una mujer de 70 años falleció tras una colisión frontal en un tramo curvo con línea continua a la altura de La Roca de la Sierra.

Solo tres meses antes, también en el tramo que discurre por la localidad anteriormente mencionada, se produjo otro accidente, de nueva una colisión frontal, esta vez con dos furgonetas, que arrojó un saldo de otra víctima mortal. El salto de calidad con la conversión de la EX-100 a autovía sería, por tanto, notable también en términos de siniestralidad, más aún en una región que cuenta con más de 1.000 kilómetros de tramos considerados peligrosos.