Para Juani Pablo, cualquier tiempo pasado no fue mejor , pero casi, porque la calle Pizarro hoy en día tampoco le convence. En los 19 años que lleva allí "he vivido todo el proceso de apertura y cierre de bares y lo pasamos tan mal que llegamos a plantearnos cambiar de piso. Era terrible". Vive sobre un local de copas y, a pesar de las dimensiones de los muros de una casa antigua como la suya, el ruido era "ensordecedor y hasta altas horas de la mañana", recuerda. "Lo peor era que cerraban la puerta con gente dentro, y luego les veías salir incluso a las ocho de la mañana", recuerda Pablo. "Ahora ha mejorado, tanto que la calle está casi muerta".

A sus 70 años, cree que "es necesario" regular el ocio en la ciudad y asegura que no le importa que vuelva la movida siempre que los empresarios sean "responsables" y la gente "cívica".