Los operarios del servicio de limpieza han tomado con sus camiones la calle Calaff. Por aquello de evitar posibles problemas, pues su cometido es limpiar a fondo la casa de un vecino al que han denunciado por la acumulación de basura, les acompañan varios agentes de la policía local. Estos no tendrán que actuar, pues las tareas de limpieza, que se prolongan mañana y tarde, y continuarán hoy, se desarrollan con total normalidad. El denunciado, el popular cacereño conocido como Eusebio el batería , pese a estar enojado"porque me están tirando de todo, hasta pantalones que he comprado hace poco", no pone resistencia.

El suyo podría tratarse de un caso más del Síndrome de Diógenes , pero los vecinos de la zona no consideran que Eusebio sufra esta enfermedad. "El no acumula basura en su casa, solo mucho trasto y muebles viejos, y también periódicos", comentan a este diario varios vecinos de la zona. "Es su único problema, por el peligro de incendio que esto supone, pues por lo demás él es muy tranquilo y no se enfrenta con nadie", reconocen todos.

También él, visiblemente disgustado, comenta desde el balcón de su casa: "Yo no tengo basura en mi casa, porque todos los días la tiro al contenedor, son solo periódicos que vendo en el mercadillo y muebles viejos que me dan para que restaure, porque soy carpintero". No es que se dedique profesionalmente a ello, matiza una vecina, "pero sí que es cierto que tiene un pequeño taller en las traseras de su casa donde hace chapuzas", señala.

Se trata de una vivienda situada en el número 9 de la calle Calaff, muy cerca de la calle Parra, donde antaño tuvo su familia una pensión y en cuya primera planta vive él solo desde que en el año 82 falleciera su madre. "La planta baja la vendió mi padre hace años y yo creo que los vecinos de abajo lo que quieren es que yo les venda mi casa, que me vaya, y por eso me denuncian", dice Eusebio al tiempo que amenaza con hacer "una locura", porque según comenta "estoy muy enfermo y esto que ha pasado hoy me pone muy mal, muy nervioso".

Pero sus vecinos comentan que Eusebio, que en septiembre cumplirá 64 años, "está muy bien" tanto de salud como de dinero. "No le falta de nada. Vive de una pensión que tiene por enfermedad y de lo que cobra tocando el tambor en fiestas y despedidas".