El proyecto de abastecer a Cáceres con una conducción de 65 kilómetros que traería el agua al Guadiloba del pantano de Portaje, que a su vez se podría realimentar con agua del embalse de Gabriel y Galán, ha sido siempre objeto de crítica del PP cacereño, un rechazo que el PP ha trasladado en el último año a otros escenarios: el Congreso y el Senado. La conclusión para los populares es que el proyecto, al que se oponen, se retrasa. "Al ritmo que lleva no sabemos cuándo se ejecutará", comentó ayer José Manuel García Ballestero, senador por la provincia de Cáceres.

Ballestero informó de la moción que se debatirá el martes en el Senado para instar al Gobierno a cambiar el proyecto. El senador también detalló el contenido de la respuesta a una pregunta del diputado del PP Carlos Floriano sobre el grado de ejecución del trasvase. De la contestación del Gobierno se deduce que no llega ni al 10% de lo que se presupuestó para 2007, 2008 y 2009, apuntó Ballestero, que desgranó cada una de las anualidades: 5 millones para 2007, de los que se ejecutaron 440.000 euros; 40,7 millones para 2008, solo se ejecutaron 47.623 euros; y 15,6 millones en 2009, de los que solo 1,5 millones se ejecutaron.

Ni Ballestero ni Floriano concretaron ayer la fecha exacta de dicha respuesta. Aunque el 22 de septiembre de 2009 aún no se había producido, dado que en esa fecha el Partido Popular presentó una queja en la comisión de Medio Ambiente del Congreso porque aún no se había contestado a la pregunta que meses antes había formulado Floriano, según el diario de sesiones referido a la citada comisión.

Ballestero recordó que en su moción, que defenderá en la comisión de Medio Ambiente del Senado que se celebra el martes, se pide que se retome el proyecto inicial para abastecer a Cáceres, la construcción de una presa en el río Almonte, o que se trabaje en una alternativa si la presa es inviable, ya que Portaje "es la peor solución y la que va a costar más dinero", añadió en alusión a los inconvenientes con los que se ha encontrado esta obra.

La presa del Almonte parecía en noviembre del 2004 la solución de futuro para abastecer a Cáceres. Pero en esa fecha se puso sobre la mesa una alternativa: aprovechar las instalaciones infrautilizadas de la presa de Portaje, que formó parte de las compensaciones por el trasvase Tajo-Segura. La declaración de impacto ambiental de 2005 enterró el proyecto del Almonte e impulsó el trasvase de Portaje. "No se observan impactos adversos que sean significativos", se dice en la declaración.

Otra cosa son los inconvenientes presentados durante las obras, con la necesidad de variar el trazado de la conducción al no poder colocarse en los puentes de la N-630, algo que ya había advertido Carreteras en enero de 2005 en sus alegaciones al proyecto. Además durante el año 2008 la obra "estuvo paralizada por diversas dificultades", como reconoce el Gobierno en su respuesta al PP.