Si nuestra sociedad tiene contradicciones que propician la drogadicción también encuentra en su seno personas y entidades que tratan de reinsertar a las personas adictas. En Cáceres son varias las iniciativas que han surgido en los últimos años. Una de ellas es Ozanam. Acoge a jóvenes que han abandonado el consumo de drogas pero se encuentran en período de reinserción. Viven en pisos en número no superior a 10 personas con el único requisito de tener el propósito de independizarse a través del trabajo. No se trata de una tarea fácil puesto que junto a jóvenes que por su interés alcanzan los objetivos en pocos meses encontramos a otros que necesitan años para lograrlo. Una tarea tan ardua necesita apoyos extraordinarios. La Universidad Popular ofrece programas adecuados. A ello hay que añadir el apoyo de sicólogos, asistentes sociales y naturalmente la creación de talleres que propicien una formación profesional que facilite el puesto de trabajo.

La realización de este programa, como tantos otros, es posible gracias a los voluntarios que ponen a disposición de estas necesidades no solo su dinero sino su tiempo. El voluntariado, cada día más extenso, nos hace congraciarnos con nuestra especie y mantener un relativo optimismo.