El 18 de noviembre los extremeños vamos a manifestarnos en Madrid pidiendo un tren digno para nuestra región. Partidos políticos, sindicatos, patronal y ciudadanos nos hemos puesto de acuerdo para pedir algo que creemos fundamental para no quedarnos más rezagados de lo que estamos.

Pero ¿tan mal está el tren en Extremadura?, ¿los trenes solo se averían ahora?, este problema ¿es de hace un par de días?, parece que no, que la cosa viene de más lejos, y parece también que tiene un historia que sería interesante reconstruir.

Si tiramos de hemeroteca y nos dedicamos a analizar lo que ha pasado desde hace unos años para acá, seguro que nos llevamos más de una sorpresa. ¡Cuántas promesas incumplidas! El partido político en el poder decía en marzo de 2007 lo siguiente: «El AVE llegará a Extremadura en el año 2010», mientras, el partido de la oposición lo acusaba de mentir; incluso algún político se comprometió a dimitir si esta noticia se hacía realidad, siempre que el contrario hiciera lo mismo si el tren no llegaba en esa fecha.

Pasó el año 2010 y nada, algún movimiento de tierras por Cañaveral pero nada más. Después se dijo que en el 2014, luego que en el 2016, y ahora parece que será en el año 2020. Y esto lo decían personas que siguen en activo en política. ¿Dónde está la responsabilidad a la hora de asumir el no cumplimiento de promesas? Claro, me dicen que el tema es más complejo que lo que parece y que la solución no es fácil.

A mediados de noviembre los extremeños movidos por los mismos políticos de las promesas vamos a Madrid a pedir algo que es de justicia, lograr que el viaje más lento y penoso de Madrid con una capital del estado que es el trayecto Madrid-Badajoz, deje de serlo, y sobre todo intentar no seguir a la cola de lo que significa progreso. Sin buenos medios de comunicación no hay nada que hacer, por lo tanto, nos merecemos un tren digno, que no se pare y que nos lleve rápido a los sitios donde vamos.

Por aquello de que «los gozos y las esperanzas, las angustias y tristezas… sobre todo de los pobres, son a la vez los gozos… y las angustias de los discípulos de Jesús», la Iglesia Extremeña también debería pronunciarse sobre esta problemática.