Tres hosteleros a los que ayer se juzgó por presunto tráfico de drogas en su establecimiento aseguraron ser inocentes. Negaron que vendieran droga en el bar ni en ningún otro lugar, y manifestaron que la droga que la policía intervino a dos de ellos era para su propio consumo.

Los hechos que se les imputaban habrían ocurrido hace un año en el bar Kuky, situado en la calle Uruguay, que J. C. P. M. y J. M. L. P. regentaban y en el que A. V. L. trabajaba esporádicamente de camarero. La policía, ante las sospechas de que en este establecimiento se traficaba con drogas establecieron en febrero del año pasado un servicio de vigilancia que dio como resultado la detención, el día 27, de los procesados y la intervención en el local de varios objetos utilizados para el pesaje y la preparación de papelinas, además de una pistola.

El procesado J. C. P. M., al que en el momento de la detención se le intervinieron 8 gramos de cocaína, reconoció que todo el material incautado era de su propiedad. "Lo tenía en casa, pero el día antes del registro tuve un enfado con mi compañera y al irme al bar para dormir me lo lleve todo". Manifestó ser adicto y un consumidor alto de cocaína desde hacía años, lo que avalaron el forense y técnicos del Cedex, pero aseguró una y otra vez que nunca había vendido droga.

Respecto a la pistola, reconoció haberla comprado, "aunque creía que era de fogueo", señaló.

También reconocieron ser adictos a distintas sustancias, como heroína o hachís, los otros dos procesados, quienes de igual forma aseguraron que ni ellos habían vendido nunca droga en el bar ni habían visto a los otros dos procesados hacerlo.

PETICIONES La fiscal encargada del caso consideró probados los hechos que se imputaban a los tres acusados, por lo que solicitó para cada uno de ellos 11 años de prisión por un delito contra la salud pública con el agravante de llevarse a cabo la venta en establecimiento público. Al acusado J. C. P. M. le imputó, además, un delito de tenencia de arma prohibida, por el que solicitó para él dos años más de prisión.

Por su parte, las defensas de los tres procesados solicitaron la libre absolución "por falta de pruebas contundentes en contra de la presunción de inocencia".

Se argumentó no haberse encontrado ninguna droga en el local ni prueba alguna de que los procesados pudieran dedicarse a la venta, "por lo que procede su libre absolución", indicaron.