Tres años de prisión y una multa de 500 euros, por un delito contra la salud pública, es la condena que la Audiencia Provincial ha impuesto a David Barrado Sánchez, un interno del Centro Penitenciario de Cáceres al que se sorprendió entrando droga en prisión tras un permiso-- el fiscal solicitaba una pena de cinco años y medio--.

Todo ocurrió en septiembre del 2003. El tribunal que el pasado día 6 le juzgó recoge en su sentencia como hechos probados que David Barrado, que se encontraba en el centro penitenciario de esta ciudad extinguiendo las penas de prisión que se le habían impuesto por la comisión de 12 delitos de robo, intentó introducir droga en el centro al volver a éste de un permiso penitenciario.

"Sobre las 17.15 horas del día 2, cuando regresaba al centro tras haber disfrutado de un permiso penitenciario, fue cacheado antes de ser reintegrado a su módulo por los funcionarios, que le encontraron escondida dentro del pantalón que vestía una papelina de cocaína con un peso neto de 0,24 gramos, y disimulado en el interior de las asas de su mochila un trozo de hachís con un peso de 4,69 gramos y ocho papelinas de mezcla de cocaína y de heroína con un peso total de 3,30 gramos, sustancias todas ellas destinadas a ser transmitidas a otros internos".

El procesado, ante el hallazgo de la droga, manifestó que la traía a prisión para pagar deudas con otros internos.