La unidad de ejecución en suelo urbano del poblado minero se puede desarrollar desde 1999, cuando entra en vigor el actual plan general municipal de urbanismo, pero hasta hace un mes no se aprobó inicialmente su proyecto de reparcelación y el estudio de detalle con la ordenación de manzanas y viales. Las condiciones que el plan de urbanismo impuso para el desarrollo de esta zona se modificaron tras la sentencia, del 2002, del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) que liberó a la promotora de ceder restauradas al ayuntamiento las naves mineras, entre las que están el edificio Embarcadero y la mina de La Abundancia, que finalmente se cedieron, pero sin restaurar

La rehabilitación del Embarcadero la financia el consistorio con fondos europeos y la obra, aún en ejecución, se adjudicó por 4 millones a Placonsa, empresa que pertenece al mismo grupo que Pronorba, mientras que La Abundancia se rehabilitó dentro del programa Alba-Plata.

El fallo, que estimaba excesivas las cargas que el plan imponía a la empresa, también liberó a Pronorba de la obligación de construir la conexión entre la nueva urbanización del poblado, que además de viviendas llevará dotaciones comerciales y nuevas zonas verdes, y la avenida de la Constitución, obra cuya financiación y ejecución sigue pendiente de la firma del convenio entre ayuntamiento, Junta y Adif para sustituir el actual paso a nivel del tren por otro bajo la vía.