Los políticos son capaces de desempeñar varios cargos a la vez con una sola condición: que demuestren poder, aunque no se hacen ascos a que vayan acompañados de una mensualidad y dietas. El personal se pregunta si se debe a que son muy trabajadores, a si en esos cargos no se hace nada o a si conviene que no hagan nada.

Un político es capaz de ser a la vez presidente de una asamblea y secretario provincial. Otro puede ser al mismo tiempo diputado, vicesecretario de otra asamblea y presidente provincial de su partido. Un tercero puede compatibilizar la vicesecretaría de la asamblea, un puesto en la mesa y secretario de una agrupación local. Alguno es tan listo que puede ser concejal, diputado, senador y presidente regional al mismo tiempo. O diputado provincial, concejal, representante en la caja de ahorros y presidente de la local.

A tales cargos deben añadirse sus puestos en las ejecutivas provinciales y regionales cuando no nacionales, en las comisiones de la asamblea e incluso en algún organismo en representación de la institución en la que está. Tampoco está mal compatibilizar una dirección general o particular, una consejería e incluso la presidencia con otras bagatelas. Luego resulta que las locales están hechas unos zorros y solamente tienen vida cuando es necesario hacer listas, las ejecutivas provinciales son incapaces de solucionar problemas y las regionales se limitan a aplaudir.

¿Conoce algún documento importante que haya salido de alguna de tales instancias? ¿Es público algún acuerdo relevante que no sea el de la aprobación de las listas? Eso, sí, el poder está en muy pocas manos, que es de lo que se trata.