En pocas horas, está previsto que Pablo Vioque (Cáceres, 1951) salga del hospital madrileño en el que está ingresado, bajo vigilancia policial, con destino a su domicilio familiar. El abogado cacereño y gallego de adopción --en prisión desde el 2001, condenado primero por narcotráfico y después por proponer el asesinato del teniente fiscal antidroga Javier Zaragoza-- sufre un cáncer terminal. Por ello, la Sección Primera de la Audiencia Nacional le acaba de conceder el tercer grado penitenciario. El "respeto a la dignidad del ser humano" es el motivo que esgrime el magistrado Javier Gómez Bermúdez --el mismo que el del caso 11-M -- para permitir que Vioque, si un milagro no lo remedia, muera en paz, en casa, junto a los suyos.

De tener que haber cumplido la condena íntegra, Vioque no habría salido de la cárcel hasta el 4 de agosto del 2020. Está encarcelado desde el 3 de mayo del 2001, día en el que fue detenido en el marco de la operación Más Madera, denominada así porque los miles de kilos de cocaína incautados se encontraron en palés procedentes de Colombia. Antes, en 1997, Vioque ya había sido arrestado, también por narcotráfico, por orden del Baltasar Garzón mientras se encontraba en el domicilio de su madre, Lali Izquierdo, en la calle San Pedro de Alcántara, en Cáceres.

Razones "humanitarias"

La Audiencia Nacional comunicó a las partes el pasado martes que rechaza el recurso de apelación presentado por la Fiscalía contra la decisión del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de progresar al tercer grado al preso Pablo Vioque.

El Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria había confirmado el día 18 la resolución en este sentido adoptada por Instituciones Penitenciarias por razones "de dignidad personal y humanitarias". El recurso presentado por la Fiscalía impidió a Pablo Vioque abandonar el hospital madrileño en el que aún ayer permanecía ingresado.

El auto de la Audiencia Nacional destaca la coincidencia entre los dictámenes de los forenses adscritos a este tribunal, a la Audiencia de Madrid y los de los servicios médicos penitenciarios y extrapenitenciarios.

Todos ellos, explica el auto, concluyen que el interno "tiene una patología irreversible, terminal y con riesgo vital inminente que precisa control médico constante y cuidados paliativos, lo que hace que su peligrosidad y pronóstico de reincidencia sea prácticamente nulo".

A pesar de que el cacereño es un preso con condenas por delitos muy graves y de larga duración, añade la Audiencia, la ejecución de una de ellas ha sido suspendida por la Audiencia Provincial de Madrid, mientras que la segunda condena --de más larga duración pero con delito de menor gravedad que la primera-- tiene extinguida casi la mitad si se computan los beneficios penitenciarios, por lo que se consideran suficientemente cumplidos los fines de prevención especial.

Además, agrega el auto, "el respeto a la dignidad del ser humano que el hombre honrado predica incluso para quienes dañaron a la sociedad con su actuar ha de prevalecer sobre el rigor formal de la ley, justificando la progresión a tercer grado".

Las condenas

El Tribunal Supremo confirmó el pasado mes de octubre la condena a siete años y medio de cárcel que le impuso la Audiencia de Madrid a Vioque por proponer en el 2003 el asesinato del ahora fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza.

Por el contrario, el alto tribunal anuló el mismo mes la condena de 15 años de cárcel que le impuso la Audiencia Nacional al estimar que no había quedado probada su participación en una red internacional de narcotráfico, que introdujo en España 1.802 kilos de cocaína intervenidos en la operación Más Madera.

El Tribunal Supremo también confirmó, en febrero del año 2005, la sentencia de la Audiencia Nacional que le condenó a 18 años de cárcel como jefe de una organización de narcotraficantes que en 1991 trató de introducir dos toneladas de coca por las costas gallegas.

Una biografía de película

Pablo Vioque nació hace 56 años en Cáceres, en el seno de una familia acomodada. Su padre representaba en la capital a las mejores casas comerciales, tenía un despacho en la calle Sánchez Herrero y se paseaba en un coche Vauxhall con chófer. La familia vivía en un chalé en Fuente Fría. Tras varios enfrentamientos con su padre, Vioque marchó a Murcia para estudiar Derecho.

Su ascensión fulgarente a nivel social en Galicia se fraguó en 1974, cuando aterriza en Vilagarcía de Arousa de la mano de su cuñado, Gustavo Puceiro, secretario de la cámara de comercio. Se convierte en asesor del Banco Urquijo y vicesecretario de la cámara. Su cuñado fue nombrado director del Urquijo en Galicia y, en 1980, Vioque se hace con la secretaría de la cámara, llega a controlar el PP en Vilagarcía y entra en contacto progresivamente con clanes contrabandistas, a los que primero defiende y con quienes posteriormente se alía convirtiéndose en narco, según han demostrado los tribunales.