Las pintadas, arte o medio de expresión para quienes las realizan y vandalismo para quienes las sufren, se han convertido en una verdadera pesadilla para empresarios y comerciantes. En ocasiones éstas adquieren tal magnitud que los afectados se han visto obligados a exigir al ayuntamiento más vigilancia y leyes más duras contra los autores, e incluso recurrir a la justicia. Así ocurrió en noviembre pasado, en que ante las pintadas que sufrieron más de 40 establecimiento comerciales, la Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres (Aeca) tuvo que denunciar, dando origen a una investigación judicial por el Juzgado de Instrucción número 3.

Suponen, asimismo, un importante coste económico, además de para los empresarios y comerciantes afectados, también para el ayuntamiento, más en concreto para la empresa concesionaria de limpieza. Según la información facilitada en su día a este diario por Conyser, el gasto que supone la limpieza de las pintadas en las fachadas se triplica de año en año. En el 2004 supuso un coste de 115.000 euros, mientras que en el 2003 fue de 38.000 euros.