Los universitarios se han puesto en contacto con los propietarios de la nueva y única pista de verano de la ciudad, Isla Cañada, para solicitar la cesión de este espacio durante las fiestas que organizan a lo largo del curso las distintas facultades del campus cacereño. Así lo confirmó ayer Raúl Salgado, administrador de la empresa Prinsa, propietaria del terreno, quien se mostró dispuesto a aceptar la solicitud de los estudiantes siempre que las circunstancias lo permitan.

Las fiestas universitarias tuvieron que dejar el campus y trasladarse al hípico, donde se han venido celebrando durante los últimos años. Sin embargo, tanto los jóvenes como Raúl Salgado coinciden en señalar que el recinto no cumple las condiciones exigidas por la normativa para el desarrollo de este tipo de encuentros. "Isla Cañada es actualmente la única pista abierta legal que cumple la norma de accesos, ruidos e infraestructuras, por eso los estudiantes se han dirigido a nosotros", explicó ayer Salgado, que recordó que existe una línea de autobús que facilitaría el traslado de los jóvenes.

PERMISO MUNICIPAL El negocio abrió sus puertas el 29 de julio con una licencia temporal concedida por el ayuntamiento hasta el 30 de septiembre. Sin embargo, "según la ley puede mantenerse durante seis meses con el beneplácito municipal", recuerda el administrador de Prinsa, que a continuación tendría que solicitar otro permiso. Durante las fiestas universitarias, la pista estaría atendida por los mismos hosteleros que han invertido en su creación: los propietarios de los locales Teeboo, Aquelarre y Farmacia de Guardia. "La Administración nos ha exigido unas condiciones muy duras para abrir el negocio, que han elevado los gastos a 108.400 euros (18 millones de pesetas). Estos empresarios podrían seguir amortizando su desembolso inicial", matizó Salgado.

SIN MOLESTIAS Los propietarios de la pista insisten en que su primer objetivo, en verano o en próximos meses, "es seguir cumpliendo la ley y no generar molestias que puedan incomodar a los vecinos. Vamos a acatar a rajatabla los horarios y los niveles de ruido", matiza Salgado.