La obra de la variante de la carretera de Malpartida de Cáceres sigue quemando etapas. Tras la licitación del proyecto en 2014 --que fue adjudicado a Acciona Ingeniería con un plazo de dos años para su redacción--, a lo largo de este 2015 se espera que se haga lo propio con la obra ya que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) recogen, en el ejercicio previsto para 2016, una partida de algo más de 1,2 millones de euros (1.211.860.000) para el comienzo de los trabajos, que afectarán a un tramo de aproximadamente unos 10 kilómetros de la N-521, entre Cáceres, justo en la conexión con la A-66 y la localidad malpartideña.

La carretera, que según los últimos datos del año 2014 que recoge el Ministerio de Fomento, registra una afluencia media de 7.238 vehículos al día --contando ligeros y pesados--, sufrirá una remodelación que, según se indica en los PGE, se prolongará hasta el año 2020 y conllevará una inversión total de 52,1 millones, con proyecciones de 1 millón para 2017, 10 para 2018 y 20 más para el año 2019. El alcalde de Malpartida de Cáceres, Alfredo Aguilera, asegura que en años anteriores a la crisis, la carretera, única vía que conecta Malpartida con Cáceres, "llegó a tener puntas de 15.000 vehículos al día", ya que se trata de un "embudo en el que se pueden juntar gente de Arroyo de la Luz, Brozas, Alcántara, Valencia de Alcántara, toda la Sierra de San Pedro... estamos hablando de 30.000 personas", indicó ayer a este diario.

El proyecto se inició en 2005 y ha sufrido varios retrasos, aunque esa no es la principal preocupación de Aguilera, que tiene otras reivindicaciones. "Entendemos que las circunstancias de la crisis económica de los últimos años han ralentizado todo en materia de infraestructuras. Me preocupa más que sea un proyecto que responda verdaderamente a las necesidades que tiene Malpartida y los otros pueblos", manifestó a este diario ayer.

El proyecto de la variante refleja en los primeros tres kilómetros (partiendo de Cáceres) una duplicación de la calzada con ca-