Sometidos a la dictadura del tráfico. Así se sienten los vecinos de la calle Caleros, una emblemática vía de la parte antigua que ahora muchos denominan la nueva M-40 cacereña por el intenso volumen de tráfico que soporta debido al cambio realizado en la ronda del Matadero (sólo de subida) y al desvío por la calle Trujillo, lo que dirige la circulación hacia Caleros para evitar el semáforo de Mira Al Río.

Tal es el suplicio que soportan los vecinos, que la asociación que los representa llegó a repartir una encuesta entre los afectados para que dieran su visión sobre este problema. El resultado ha sido demoledor: el 90% pide que la calle se haga peatonal.

De hecho, los vecinos mantuvieron un encuentro con el concejal de la ciudad monumental, Raimundo Holgado, para exponerle la situación. Los afectados insisten en que Caleros "era una calle de artesanos, ideal para pasear, pero ha perdido su identidad. Ahora lo peatonal son los coches", dice una vecina que padece a diario este calvario.