Están cansados de que la historia se repita cada verano. Los vecinos de los barrios de Cáceres el Viejo y Residencial Gredos se quejan de que anualmente por estas fechas una zona de pastos salga ardiendo, en parte, por falta de labores de desbroce. «Todos los años hay un incendio junto a nuestras casas», reveló ayer Elena, residente en Cáceres el Viejo desde hace 12 años, concretamente en la calle Los Trigales, una de las más cercanas al fuego que se originó este domingo por la tarde y quemó unas cinco hectáreas de pastos en una parcela entre el Residencial Gredos y Cáceres el Viejo. Los bomberos recibieron el aviso a eso de las 18.30 horas y hasta el lugar se desplazaron dos dotaciones del Sepei que, ayudados por efectivos de la policía local, controlaron el fuego con los medios básicos y regresaron al parque alrededor de las 20.55 horas.

Según testigos presenciales, esta vez las llamas no llegaron a aproximarse a las viviendas, pero ha habido otras ocasiones en las que el susto ha sido mayor para los vecinos. «Muchos años el fuego ha llegado hasta la acera de mi calle», recordó Susana, también residente en la calle Los Trigales. «Es un peligro porque los coches están aparcados junto a la valla que delimita la parcela. Menos mal que esta vez el aire se llevó el fuego dirección Gredos», añadió Susana, que vive en Cáceres el Viejo desde 2002 y asegura que desde 2004 presencia un incendio de pastos cada verano. Esta vecina está además especialmente molesta con el este último fuego porque, a su juicio, «se dejaron quemar los árboles que plantaron mis hijos y otros niños de colegios de la ciudad a raíz de una iniciativa de Docu». Susana, testigo presencial del incendio, desveló que «como --el fuego-- no se dirigía hacia las viviendas, dejaron que se expandiera y quemara el resto de pastos. Pero se llevó también los árboles plantados», lamentó.

La falta de desbroce es un foco para incendios, además de roedores, reptiles o insectos. «Solo desbrozan el lado más cercano a la valla. Y encima los pastos que cortan no los retiran, los dejan ahí apilados con lo cual ante cualquier colilla el riesgo de incendio es el mismo», reveló Elena, que aseguró que «se pasa miedo» porque «si el fuego llega a los coches, el peligro es serio».

MEJOR PLANIFICACIÓN / Los presidentes vecinales del Residencial Cáceres el Viejo, Raúl Pérez, y del Residencial Gredos, Juan Francisco Merino, demandan más control y mejor planificación en la campaña de desbroce, ya que todos los años tienen que recordar su puesta en marcha. En Residencial Gredos, Merino diagnostica el problema. «Sobre las zonas públicas, hablé con el concejal y se limpiaron al día siguiente. Lo malo son las fincas privadas. Hay parcelas junto a la calle Emilio Cardenal que lindan con la zona que ardió ayer --por el domingo-- y siguen sin desbrozar. El año pasado se lo dije al ayuntamiento y este se lo he vuelto a recordar al concejal del área, pero aunque lo pidas siempre tardan mucho», señaló resignado Merino, que remarcó que dicha vía es «de las pocas salidas que tenemos en el barrio», por lo que los vecinos temen quedarse «incomunicados» si la zona llega a prender algún día y el fuego es virulento.

Por su parte, Pérez lamentó como Susana la pérdida de los árboles plantados con Docu. «Hacemos un trabajo, intentamos repoblar una zona verde y vemos que es en balde». El presidente vecinal sostuvo que están «rodeados de pastos sin desbrozar», no solo en la zona que ardió este domingo sino en otros puntos como las traseras de la calle Margarita, donde «también se originan incendios a menudo», y muchos vecinos compran las mangueras de mayor longitud a la necesaria, en cuanto las dimensiones de sus patios, por si en alguna ocasión tienen que salir a modo de retén. «En lugar de de diez o 15 metros, las compran de 30», indicó.

En ese sentido, Pérez ha planteado al ayuntamiento que les dé una solución y ha trasladado una propuesta. Desde el colectivo vecinal demandan que se realice un ensanchamiento en las aceras que delimitan con las parcelas valladas en el vial que comunica Cáceres el Viejo con Residencial Gredos, así como que se doten de zonas de sombra. «El único árbol que hay fue sembrado a título particular por un vecino», concluyó.

La zona que ardió forma parte de un área de 28.000 metros cuadrados que se halla junto a otra parcela de la mismas dimensiones que, según Pérez, son propiedad del ayuntamiento y de la Junta de Extremadura.